Edén Lucero, de 34 años, se presentó en el destacamento el jueves por la noche y cuando se le acercó un policía a preguntarle qué necesitaba, respondió: “Maté a mi abuela”.
El caso del hombre que se presentó en la comisaría de Junín de Los Andes para confesar que asesinó a su abuela suma un nuevo capítulo: no fueron cuatro sino 13 las puñaladas que le dio a la mujer que lo crió.
Al principio el médico policial había detectado cuatro puñaladas y un hachazo en la mandíbula en el cuerpo de Paz Oliver de Lucero, pero fue lo que vio en la escena del crimen, cuando el cadáver estaba vestido y cubierto de sangre, tirado en el suelo del comedor.
Pero el informe preliminar de la autopsia arrojó que la mujer de 92 años sufrió al menos 13 puñaladas: tres en la cabeza, cuatro en el cuello y seis entre la zona abdominal y la espalda.
El dato demuestra que hubo alevosía y ensañamiento por parte de Lucero, quien fue criado por la víctima y actualmente vivía a dos cuadras de la casa donde el cuerpo estuvo entre cinco y 10 días tirado.
Mientras tanto, los forenses ordenaron un análisis histopatológico para determinar la fecha y hora aproximada en que se produjo el asesinato, cuyo móvil se ignora.