Según un informe de la Fundación Mundo Marino, el año pasado asistieron a 400 animales. El impacto del plástico, la sobrepesca y el cambio climático.
El plástico, ese elemento tan presente en nuestras vidas cotidianas, nos simplifica muchas cuestiones diarias a los humanos, pero es una de las mayores amenazas para ciertos animales. Por ejemplo, para los millones de ellos que habitan nuestros mares. Así lo relevó el último informe anual de la Fundación Mundo Marino, que determinó que la contaminación, junto con la falta de alimento, son los principales problemas que afectaron a los animales marinos durante 2019.
El último año, la fundación asistió a 401 animales. De estos, 153 pudieron ser reinsertados a su hábitat luego de atravesar un proceso de rehabilitación. El resto, fueron hallados muertos o murieron por las afecciones que los hicieron ingresar al centro de rescate, donde hoy 15 aves y reptiles marinos están aún recibiendo asistencia.
La falta de alimento fue la principal causa de asistencia para la fauna marina. Más de 140 animales presentaron desnutrición, seguidos de deshidratación e hipotermia. Según explicaron en Mundo Marino, la fuente de hidratación de los animales marinos son los alimentos sólidos que ingieren, por eso cuando les falta su comida (principalmente pescado) también se deshidratan.
“La falta de alimento puede tener varias causas, entre ellas, la sobrepesca y la emergencia climática que altera las rutas habituales de las presas. Lo que sí es claro, es que estos animales con estos cuadros son centinelas de lo que ocurre en el mar. Su cuadro fisiológico alterado nos indica que algo malo está ocurriendo mar adentro y no lo estamos pudiendo ver”, explica Sergio Rodríguez Heredia, biólogo y jefe del centro de rescate de la fundación. Durante el año pasado, estos cuadros se agravaron en los pingüinos, especialmente los de la especie magallánica: creció un 128 por ciento la cantidad de animales que necesitaron asistencia, un total de 121.
Respecto de la basura en el océano, los expertos de la fundación relevaron que 40 animales directamente debieron ser asistidos por esta causa y señalaron al plástico como el principal problema. En particular con las tortugas marinas, plantearon que "la interacción negativa" se manifiesta en estos animales "de manera explícita" porque lo ingieren al confundirlo con su alimento, medusas y fauna gelatinosa. Este dato se confirma a lo largo de los años: el 97 por ciento de las tortugas que ingresan a la fundación tienen algún tipo de plástico en su sistema digestivo.
“La ingesta de plástico en gran cantidad por parte de una tortuga marina, además de poder provocar una obstrucción intestinal, les genera un cuadro de 'chaleco salvavidas' por la cantidad de gases que comienzan a generar. Así, se les ve afectada su capacidad de inmersión y de buceo, tanto para buscar presas y alimentarse como para buscar temperaturas más aptas”, detalla Karina Álvarez, bióloga y responsable de Conservación de la institución de San Clemente.
Las redes de pesca son otro gran riesgo. También son muy afectadas por el "enmalle", como se llama a la captura no deseada en estas redes, las tortugas marinas y el delfín franciscana. Desde la fundación explican que una de las causas con los reptiles es que se superponen la zona de alimentación estacional de tres especies de tortugas marinas con aguas costeras de la provincia de Buenos Aires aprovechadas también por flotas pesqueras, según surge de los estudios de monitoreo satelital. En el caso de los delfines, en 2019 registraron 21 muertes.
La especie se encuentra en un gran estado de vulnerabilidad porque habita aguas poco profundas cercanas a la costa, lo que lo expone a la interacción humana. Es muy vulnerable tanto al enmalle en redes de pesca como a la contaminación química y a la ingesta de basura: según un estudio liderado por el biólogo Pablo Denuncio, del grupo de Investigación sobre Biología, Ecología y Conservación de mamíferos marinos de la Universidad Nacional de Mar del Plata, el 30 por ciento de los animales de esta especie analizados en la región bonaerense había ingerido accidentalmente basura marina.
Según la edición del censo de basura costera que se realizó en 2019 y que viene organizando Mundo Marino en conjunto con otras organizaciones hace cuatro años, el 80 por ciento de los residuos registrados en 20 localidades de la costa bonaerense está constituido por plástico.
Fuente: Clarín