Llegó el calor y siempre es conveniente recordar algunas medidas de seguridad alimentaria y limpieza para evitar contagio de enfermedades y otras situaciones peligrosas. Por ello, en esta nota de AIM, un compilado de recaudos a tomar y pasos a seguir para comer sin miedo.
Siguiendo algunas pautas sencillas disminuyen los riesgos de contraer cierto tipo de males a través de los alimentos. Se recomienda lavarse las manos con mucha frecuencia, lavar las mamaderas en épocas de temperatura alta, desinfectarlas luego del uso, nunca dejarlas a temperatura ambiente con la leche adentro y conservarlas en la heladera si el niño no quiere consumir más.
Si en el hogar no hay heladera, es preciso extremar la limpieza, nunca dejar la mamadera con restos de leche. La mamadera se puede lavar con cepillo o con granos de sal. Y si no hay heladera se la debe guardar en una bolsa de polietileno dentro de un baúl o en cualquier lugar donde no la afecten las moscas.
La mamadera se prepara con las manos bien lavadas y con leche hervida. La leche en polvo no se hierve pero se prepara con agua hervida y tibia. En esta época hay que tener cuidado con los roedores y las moscas para evitar las diarreas estivales.
Una de las primeras cosas a tener en cuenta es el cuidado de la cadena de frío; hay una franja de entre los 70 a los cuatro grados donde los gérmenes proliferan más rápido. Por eso, cuando los alimentos se dejan a la vista y están tibios favorecen las bacterias.
El mismo “cuidado” hay que tener con los helados, lácteos, carnes y congelados. En algunos locales de expendio suelen tener los alimentos arriba de los mostradores, pero lo mejor es contar con las heladeras vidriadas, ya que las comidas una vez que se cocinan tienen que mantener la cadena de frío.
Asimismo, otro aspecto importante en la manipulación de alimentos es la higiene con respecto al lavado de manos (lavarse con agua y jabón, y ponerse alcohol), inclusive cuando la gente compra o vende productos y también hay que tener mucho cuidado con la limpieza en las mesadas.
Cómo guardar los alimentos de manera saludable
Si eres de las que cocinan de un día para otro, guardan la comida preparada para la cena o para el día siguiente, o tienes que comer fuera de casa, estos prácticos consejos te ayudarán a guardar tus alimentos de manera saludable y sin poner en riesgo tu salud.
Porque cocinar y guardar la comida muchas veces nos puede venir de gran ayuda para ahorrar dinero y tiempo, además que comer comida casera, elaborada con productos naturales, que siempre será más sano que otras alternativas, pero para evitar enfermedades de transmisión alimentaria, es importante preparar y manipular los alimentos debidamente:
– Lávate las manos antes de tocar los alimentos, y usa superficies y utensilios limpios.
– Refrigera o congela los alimentos en recipientes con tapa y no muy profundos, dentro de las dos horas después de haberlos cocinado. No guardes la comida caliente dentro del refrigerador. Espera que se enfríe.
– Ponle etiquetas con fecha a los recipientes que guardas para que los alimentos se consuman dentro del tiempo seguro.
– Antes de servir, calienta la comida. Las sopas, las salsas, los aderezos para carnes y otros alimentos “mojados” hasta que hiervan.
– Saca del refrigerador solo lo que vas a consumir. Si queda comida que ya ha sido recalentada, no la vuelvas a guardar. Si no sabes si el alimento se ha echado a perder, mejor tíralo.
– Guarda la comida en envases de vidrio preferiblemente. Si usas envase de plástico, asegúrate de que cierren herméticamente. Aquí te dejo un breve vídeo que te indica como debe ser un envase de plástico para guardar comida: hermético, plegable, higiénico y libre de BPA.
– No uses recipientes de plástico duro en el microondas y evita llenar envases con BPA de líquidos calientes. Las altas temperaturas pueden causar que el BPA se libere dentro de los alimentos y el agua.
– Nunca mantengas los platos más de dos horas a temperatura ambiente. Hay que tener en cuenta la época del año: en verano, la temperatura ambiental es más alta y hay mayor riesgo de facilitar la proliferación de microorganismos.
– Conserva siempre la comida en el frigorífico. Durante todo el año, pero especialmente en verano, hay que sacar el envase de plástico del frigorífico en el último momento.
– Limpia y seca bien los envase de plástico. Con frecuencia, especialmente las tapas, pueden quedar húmedas en las zonas de cierre y eso facilita la aparición de moho.
Tené en cuenta que los alimentos se descomponen más rápidamente con el calor, dependiendo de qué alimento sea, unos se descomponen más rápido que otros, el arroz y la papa, por ejemplo son de rápida descomposición. Los alimentos perecibles son aquellos que deben ser preservados en frío, con el fin de retrasar la actividad microbiana, que los deteriora en muy poco tiempo. Ejemplo de estos productos son las carnes, los productos de la pesca, los lácteos, las frutas y las verduras.
En el caso del pollo y la carne cruda, pueden durar hasta dos días si se refrigeran. Si los quieres guardar por más tiempo, es preferible congelarlos. El pescado crudo solo debe conservarse un día en el refrigerador.
Todos los lácteos, sin excepción, deben refrigerarse. Si el yogur no se refrigera, sus propiedades benéficas se pierden, debido a que las bacterias necesitan de bajas temperaturas para mantenerse vivas.
Una vez abierto el envase de leche, puedes consumir el contenido restante –debidamente conservado en el refrigerador– dentro de los 4 días siguientes. Para mantenerse más frescos, los huevos también se deberían refrigerar.
Las frutas y verduras deben estar siempre refrigeradas, saca del frío sólo la que vas a consumir en el momento. Esto prolongará su vida útil hasta por 4 días (a temperatura ambiente su vida útil es de 1 a 2 días).
Claves para obtener alimentos seguros
A continuación recopilamos cinco claves fundamentales y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) nos recomienda a la hora de conseguir alimentos inocuos y seguros.
Ojo a la limpieza
La limpieza a la hora de manipular alimentos es vital para evitar contaminaciones que pueden llegar a causar enfermedades de transmisión alimentaria.
– Llevar a cabo una limpieza y desinfección de las superficies y utensilios que van a entrar en contacto con los alimentos.
– Lavarse muy bien las manos, las veces que haga falta y mejor por exceso que no por defecto. Nuestras manos son el vehículo de transmisión de muchas de las toxiinfecciones alimentarias más habituales.
– Evitar la presencia de insectos y otros animales en la cocina, ya que también pueden actuar como vectores de transmisión. Sanitizar vegetales es fundamental.
Evitar las contaminaciones cruzadas
Debemos de evitar que los alimentos crudos lleguen a contaminar a los que ya están cocinados:
– Separaremos los alimentos crudos (carnes y pescados) de los alimentos cocinados, para ello utilizaremos recipientes para guardar los distintos alimentos y evitar que entren en contacto.
– Emplearemos distintos utensilios (vajilla, cuchillos, tablas de cortar) para manipular los alimentos que están crudos y los que están ya cocinados.
Cocinado correcto de los alimentos
Si llevamos a cabo un correcto cocinado de los distintos alimentos estaremos contribuyendo a la inocuidad de los mismos, así si llegamos a temperaturas de 65-70 ºC eliminamos los microorganismos patógenos que puedan estar presentes en el alimento.
– Hervir siempre los alimentos tales como guisos y sopas para asegurarnos que hemos alcanzado la temperatura que garantiza que el alimento es inocuo.
– Cocinar completamente los alimentos, especialmente carnes rojas, huevos, pescados y carnes de ave.
– Haremos lo mismo a la hora de recalentar un alimento.