Las ruinas de Machu Picchu, icónico destino del Perú, quedaron clausuradas luego de que se estableciera la cuarentena obligatoria en todo el territorio nacional a causa del reciente Covid-19. Uno de los sectores más afectados es el del turismo del cual se pronostica una recuperación lenta. Desde que la ciudadela está abierta al público solo ha sido cerrada una vez durante 2010 dos meses por un aluvión.

El jefe del parque arqueológico José Bastante comentó en sus declaraciones a la agencia AFP que “hay cero turismo desde el 16 de marzo acatando el decreto”. “Ello genera un problema fuerte para todo el turismo en el país”, agregó.

El funcionario expresó en sus declaraciones que la ciudadela fue visitada por 1.5 millones de turistas en 2019, “no fue fumigada (contra el Covid-19), pero está siendo resguardada por un personal mínimo necesario en su perímetro”.

Sectores como Aguas Calientes o Machu Picchu pueblo son los más cercanos a donde se ubican hoteles, albergues y restaurantes para turistas. Aun estos lugares se mantienen bajo cuarentena al igual que el resto del país, por lo que los habitantes han tenido que sobrevivir con sus ahorros ya que esta zona percibe en su mayoría ingreso de los viajeros. La ciudad de Cusco atraviesa la misma realidad.

Pero lo que ha sorprendido a las autoridades del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernap), quienes se encargan de la seguridad del lugar ha sido las increíbles imágenes de criaturas como el oso de anteojos.

Este es uno de los animales más representativos del Perú y ha sido visto en el sector Corralpata del Santuario Histórico de Machu Pichu. La poca afluencia de personas en el lugar le permitió al oso caminar libremente.

En la Amazonía el panorama no es nada distinto, los operadores turísticos del lugar ademas de hoteles y restaurantes viven una afectación económica tras la cancelación de paquetes turísticos que incluían hospedaje alimentación y travesías por los ríos.

Fuente: Noticias Ambientales.-