Se requiere una inversión de 140 millones de pesos para tratar al menos 500 kilos de desechos. Con mayor refinamiento se podrá reemplazar la energía derivada del petróleo.
Un grupo de investigadores busca financiamiento para un proyecto para la realización de biocombustibles a través de residuos orgánicos en Corrientes y zonas de influencia. En la región se producen más de 850 toneladas diarias de este tipo de desechos.
Silvana Tourn, doctora en nanociencias, materiales e ingeniería química y docente, es parte del grupo y, en diálogo con El Litoral, indicó que el proyecto busca solicitar el escalamiento de un equipo para una planta relacionada con este tipo de energía que reutilizaría constantemente los residuos para crear combustible.
Según explicó, se necesitarían 140 millones de pesos para pirolizar (tratamiento térmico que se caracteriza por la ausencia de oxígeno) al menos 500 kilos de residuos orgánicos. Además, parte de la inversión sería para la mano de obra y los insumos.
“En principio hablábamos de una pequeña planta (con una inversión inicial de 1.400.000 pesos.). Los residuos orgánicos, todo lo que es agroindustrial y agroforestal, abundan en esta zona, por ejemplo, las dos tanineras de esta región producen más de 850 toneladas diarias de residuos orgánicos. No estamos interesados en otros residuos porque son perjudiciales. En cambio, todo lo que está relacionado con la biomasa no lo son”, indicó Tourn.
Los residuos ligno-celulósicos producidos por la agricultura y la industria forestal son una opción atractiva para producir combustibles líquidos renovables, como por ejemplo el bio-oil, bioetanol, etc. El empleo más directo de estos combustibles es en calderas y emulsionado en combustibles diesel. En el caso de las industrias forestales, poder reemplazar la compra de un combustible fósil para sus equipos de generación de energía, por un combustible producido a partir de sus residuos, se presenta como una alternativa atractiva desde el punto de vista tanto económico como ambiental.
“El bio-oil que utilizo no pueden ser utilizados en autos, hay que hacer un refinamiento, que se hace. El proceso puede ser usado para calderas y hornos industriales. Si hay calderas se pueden alimentar para otras partes del proceso. Lo que se haría es reutilizar constantemente los residuos como energía”, resaltó la doctora.
“Los gases, que emiten los combustibles tradicionales que vienen del petróleo, son más perjudiciales para la capa de ozono. Pero en el caso de un biocombustible se reduce muchísimo el efecto invernadero. Hay una normativa que exige una combinación de combustibles fósiles o biocombustibles para reducir los gases de efecto invernadero”.
Tourn aseguró que los residuos pueden ser revalorizados si el biocombustible es refinado y mejorado con otros tratamientos como se realiza en Santa Fe.
Bajo esa metodología se podría sustituir a los combustible que vienen del petróleo y ayudar a reducir la emisión de gases de efecto invernadero que le daría una mejora sustancial al ambiente.
Fuente: El Litoral