Un objeto en los cielos parece tener más brillo que el propio lucero Venus. Se trata del cometa C/2024 G3 (ATLAS), descubierto hace menos de un año, y que fue descrito por la comunidad astronómica como el más brillante de los últimos 20 años.
El cuerpo celeste está cautivando tanto a astrónomos como al público en general debido a su intensa luminosidad y su breve paso por el cielo terrestre. El cometa, que completa su órbita alrededor del Sol cada 160.000 años, comenzó a ser visible esta semana y permanecerá en el firmamento durante todo el mes de enero.
El cometa fue descubierto el 5 de abril de 2024 por el Sistema de Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (Atlas), una iniciativa de la Nasa dedicada a monitorear objetos cercanos a la Tierra. Este hallazgo, que tuvo lugar en la Nube de Oort —una región distante del sistema solar donde se originan muchos cometas—, marcó el inicio de una serie de observaciones que culminan este mes con su paso cercano al Sol y su posterior despliegue en el cielo nocturno.
“Atlas C2024-G3 nos está visitando”, compartió el astronauta de la Nasa Don Pettit en la red social X, acompañando su mensaje con una imagen del cometa capturada desde la Estación Espacial Internacional (EEI). En esta fotografía, el cometa aparece justo encima de la atmósfera terrestre, destacándose por su brillo característico y su extensa cola gaseosa.
Los expertos han notado un aumento significativo en el brillo del cometa, lo que podría indicar que se está desintegrando. Este fenómeno, común en cometas al aproximarse al Sol, sucede cuando el calor vaporiza el hielo y el polvo que componen estos objetos, formando la característica cola que los distingue. “El aumento repentino del brillo fue significativo”, explicó Nick James, de la Asociación Astronómica Británica, en declaraciones a Spaceweather.com.
Si el cometa efectivamente se desintegra, este sería su último paso visible desde la Tierra, lo que añade una sensación de urgencia para quienes desean observarlo. Este detalle también refuerza la importancia del registro fotográfico y las observaciones astronómicas durante este período.
En el hemisferio sur, la mejor oportunidad para observar el C/2024 G3 (Atlas) será durante la segunda mitad de enero. Para maximizar las posibilidades de avistamiento, los astrónomos recomiendan buscar un lugar oscuro y despejado, alejado de la contaminación lumínica de las ciudades.
Justo después del atardecer, mirando hacia el horizonte en dirección oeste, será posible apreciar este fenómeno. Aunque es visible a simple vista, el uso de binoculares puede mejorar significativamente la experiencia y permitir captar detalles de su cola y brillo.
Ayer, el cometa brilló intensamente tras pasar por su punto más cercano al Sol. Este momento, conocido como perihelio, marca el punto de mayor actividad para el cometa, ya que el calor solar intensifica la sublimación del hielo en su superficie.
Los cometas, como el C/2024 G3 (Atlas), son restos de la formación del sistema solar hace miles de millones de años. Están compuestos de polvo, hielo, rocas y otros materiales primigenios que proporcionan información única sobre los orígenes de nuestro vecindario celeste.
“Desempeñan un papel crucial en entender cómo se formaron los planetas y otros cuerpos celestes”, afirman desde la Agencia Espacial Europea (ESA).
Este cometa, en particular, destaca por su magnitud y por la rara oportunidad que representa de observar un objeto de estas características sin necesidad de telescopios avanzados. Comparado con el brillo de Venus, conocido como el “lucero de la mañana”, su visibilidad facilita que tanto aficionados como expertos disfruten del fenómeno.
Desde su descubrimiento, el C/2024 G3 (Atlas) ha sido un tema recurrente en publicaciones especializadas y plataformas de divulgación. Este cometa, surgido de las profundidades de la Nube de Oort, ofrece una ventana al pasado remoto del Sistema Solar.
También, en los últimos días, astrónomos aficionados han contribuido con datos e imágenes que enriquecen el conocimiento colectivo sobre este fenómeno.
Según el sitio Space Walk, hasta el 18 de enero el cuerpo celeste, estará cuatro veces más cerca del Sol que Mercurio (0.094 AU) y podría alcanzar una magnitud de -3.8 (tan brillante como Venus).
El registro realizado desde la Estación Espacial Internacional no solo proporciona una perspectiva única del cometa, sino que también subraya la importancia de las misiones espaciales en el estudio de estos cuerpos celestes. Observaciones como estas permiten comprender mejor los procesos que ocurren cuando un cometa interactúa con el entorno solar.
Los astrónomos recomiendan observar el cometa Atlas, con binoculares, justo después del atardecer o antes del amanecer, en el momento en que el cuerpo atraviese las constelaciones de Capricornio y Sagitario.
También indicaron algunos factores que podrían llegar a impedir verlo. Una razón sería que el cometa podría no sobrevivir al perihelio ya que C/2024 G3 pasará muy cerca del Sol en el perihelio y podría fragmentarse o evaporarse completamente.
Si C/2024 G3 sobrevive al perihelio, tendrá una elongación solar de solo unos 5 grados en ese momento. Esto significa que el cometa estará posicionado cerca del Sol en el cielo y será difícil de observar.
Aunque los cometas son visitantes relativamente frecuentes en el cielo terrestre, pocos alcanzan el brillo y la espectacularidad del C/2024 G3 (Atlas).
Su paso cercano y la posibilidad de que esta sea la última vez que se lo vea intacto convierten a este evento en un acontecimiento astronómico imperdible. Como mencionó un experto, “estos eventos nos recuerdan lo vasto y fascinante que es nuestro universo”.
A medida que avanza enero, miles de personas alrededor del mundo se preparan para capturar imágenes y memorias de este fugaz visitante.