El fenómeno descubierto preocupa a la comunidad científica por el daño ambiental que implica y la contaminación en la cadena alimenticia que llega a los humanos.
Un grupo de científicos del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu), dependiente del Conicet, hallaron por primera vez microplásticos en el sistema digestivo de la fauna acuática que habita el Dique Potrerillos, en la provincia de Mendoza, y río arriba del dique. Lo preocupante de este hallazgo es que se ha determinado que los microplásticos provienen de cigarrillos, ropa y cosméticos que se filtran hacia ríos y arroyos y se introducen en la cadena alimenticia que llega a los humanos.
Si bien este fenómeno ya había sido advertidos en los mares y en la desembocadura de ríos con salida al mar, es la primera vez que se detecta en un río de montaña como el Mendoza, que nace en las estribaciones de la Cordillera de Los Andes y luego de un extenso recorrido que incluye el embalse Potrerillos llega bien al Este, a lo ancho de toda la provincia, hasta desembocar en las Lagunas de Guanacache.
La preocupación radica en que si esto ha ocurrido con este río, es posible que pueda pasar con todos los otros cursos de agua de la Región, incluidos los de la provincia de San Juan.
Según la ONU, cada año se producen más de 430 millones de toneladas de plástico en el mundo y los microplásticos son una de las consecuencias más peligrosas y duraderas de la crisis de contaminación que amenaza al planeta.
Los expertos indagaron la presencia de estos microplásticos en peces y cangrejos de ríos del dique Potrerillos y del Río Mendoza, destinado a la producción de energía hidroeléctrica, el riego agrícola, el uso industrial para refinería de Luján de Cuyo y también se utiliza como reserva para consumo humano.
Los microplásticos pueden tener hasta 5 milímetros de diámetro y están presentes en artículos de uso cotidiano. La llegada a los ríos y al embalse se produce tras la descomposición de los desechos plásticos en los mismos cursos de agua, el drenaje de las cañerías y las fugas de las fábricas.
El descubrimiento fue posible después de capturar algunos peces y cangrejos de río y evaluar su tracto gastrointestinal y branquias. Una vez separadas las partículas se las identificó bajo la luz polarizada. Al brillar fue un indicador de posible plástico ya que este material tiene refringencia frente a la luz polarizada y luego se indaga sobre qué tipo de polímeros plásticos son.
Según la ONU, se han encontrado microplásticos en diversos órganos humanos, e incluso en la placenta de los recién nacidos.
La educación y concientización para los residentes y visitantes son el primer paso, pero también es imprescindible disminuir al máximo el uso de los envases plásticos en casa y hacer una correcta disposición final de los residuos. Por su parte las personas podrían utilizar vestimenta de algodón o de lana y evitar así la sintética ya que las fibras de este último se liberan muy fácilmente de la ropa a los ambientes. De hecho, la industria textil es una de las principales fuentes de contaminantes.
Fuente: Diario de Cuyo