Los debates en torno a los objetivos de la Agenda 2030 tocan de cerca al director de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Andrés Costamagna, que es de los pocos dirigentes agropecuarios que logró instalar la agenda de la sustentabilidad dentro de una gremial del sector, en un escenario donde los productores afirman tener poco margen y paciencia para mayores imposiciones.
“Argentina tiene a la Agenda 2030 por ley, a través de la 27.270 que se sancionó en 2016, cuando gobernaba Mauricio Macri, y que después fue ratificada. O sea que, si nos quisiéramos salir, hay que derogar” esas normativas, explicó Andrés en una charla con Bichos de Campo.
“A partir del Acuerdo de París es que se genera esa agenda, que se ratifica. Hay que tener en cuenta que ella nace con Barack Obama, Joe Biden y John Kerry. No es cubana, ni rusa, ni china. No tiene nada que ver con la (ofensiva) en que después se usa al cambio climático como una herramienta geopolítica y económica, con la que quieren condicionar a los territorios que se quedaron con los recursos naturales”, añadió el dirigente a continuación.
Aclarado esto, Costamagna reconoce que la aplicación de esta agenda ambiental difícilmente se dé, porque la misma “está perimida” y es “básicamente una narrativa que se instaló”. Aun así, sostiene que dentro de ella hay 17 objetivos que “son bravos y muy jodidos para Argentina”, y que el país no debería cumplir.
“Acá hay dos narrativas. Por un lado, está el que quiere que se salve solo el planeta y le importa muy poco la gente, el que quiere que te quedes en Argentina con los bosques nativos y la pobreza en Formosa, en Chaco, en Salta. Hay que ver como dirimimos eso, que es parte de la agenda. La realidad es que si el Hemisferio Norte desarrolló su economía y hoy impone exigencias, debería pagarnos. Así se resolvería el problema. Ahora, si me imponés la agenda en vez de pagarme, ahí estamos todos en desacuerdo”, sostuvo el dirigente.
-¿Preferís un programa ambiental a nivel global con estímulos a los productores que hagan bien las cosas?- le preguntamos a Costamagna.
-Incentivos. Si hay incentivos esto va a funcionar. El productor está esperando un estímulo, una señal y recibe de un Estado una imposición. Así no va a funcionar porque la reacción posterior a eso va a ser destruir el recurso natural, porque si no me dejás hacer nada y es mío, yo veo qué hago. Todo esto va a generar que aquellos que quieren proteger no puedan hacerlo, lo que va a llevar a que haya mayor degradación.
-Esta discusión se exacerba con un Estado como el argentino, que le saca vía retencones una renta al productor que podría ser destinada a ser más sustentables.
-En Argentina tenemos otro claro ejemplo que es la Ley de Bosques, la 26.031, que decía que iba a pagar por el servicio ecosistémico que generarán los cuidados de los bosques. Pero en 16 años de gobierno -pasaste de Cristina a Mauricio y Alberto- y solo mandaste el 5 por ciento del presupuesto a cuidar los bosques. No hay intención del Gobierno nacional de cuidar ningún bosque, si no hubiera mandado el dinero. Si no lo podemos hacer porque tenemos otras cosas que atender, perfecto. Pero no digamos que vamos a atender los bosques con impuestos. Eso no sucede. Busquémosle otra vuelta: miremos la Ley de Ordenamiento Territorial, veamos si los créditos de carbono son una salida, veamos cómo canalizamos al sector privado invirtiendo para cuidar. Pero la manera de imponer una regla no va a funcionar porque va a degradar más el ambiente.
-En el medio se habla de bonos que compensan la sustentabilidad… Pero para eso hay que certificar y crece el número de certificadoras.
-Nosotros desde la SRA venimos tratando de ser un puente y agilizar esto con el sello de Triple Impacto, porque creemos que el dato meta relato y a partir de ahí se necesita información y medir lo que pasa en cada predio.
-Es inevitable para dar incentivos el poder medir.
-Hay que medir. Para eso tenés que invertir, tenés que comprar semillas, sembrar y cosechar carbono. Tenés que invertir para producir carbono y cosecharlo. No es que la naturaleza nos lo da gratis, es una intervención que tiene que hacer el productor. Conocemos los manejos, la tecnología, tenemos que darle los incentivos claros, tenemos que saber en la Argentina de quién es un crédito de carbono. Hay una discusión con el gobierno de Misiones y de Jujuy por la propiedad de esos bonos. La parte política está metida en el medio y después está el precio, que será la otra discusión: cuánto vale el carbono y con cuánto amortiza la inversión.
-¿Le ves oportunidad en esto a ser un país agrosustentable que aporte a esta discusión global sin aceptar imposiciones?
-Totalmente. Lo que pasa es que tenemos que tener los incentivos alineados y la política alineada. Nos pasó durante Palermo que un diputado libertario no quiso participar de la reunión porque no entiende qué es la Agenda 2030. Y como es el capo del liberalismo en Argentina no se sienta a hablar.
-¿Lo mismo que decían los kirchneristas?
-Los libertarios hacen lo mismo: “No me siento a hablar de esto porque esto es imposición”. Bueno, si no hay diálogo va a ser muy difícil que logremos un consenso para que esto suceda. Los dos extremos están mal. Lo difícil es estar en el medio, pero creo que es posible, que se puede dar esto. En la Ley Bases había cuatro artículos que hablaban de limitaciones a las emisiones, y eso creaba un marco, que obviamente iba a generar tensiones porque iba a haber que crear los inventarios. Los artículos los escribieron los libertarios, que son los mismos que están en contra de la Agenda 2030. Entonces, no se entiende mucho la cosa.
A continuación, Costamagna agregó: “Creo que es un momento de cambio. El productor tiene que dejar de pensar en producir mucho porque vale poco. ¿Qué paso con el precio? Se cayó porque hay mucha oferta. Bueno, hay que producir mucho, pero con algún valor agregado diferente para que ese atributo se pueda seguir vendiéndolo a la Unión Europea, porque nos puso la deforestación como límite. Y en otros lugares capturar un valor. Hoy la mejora viene del lado de aquel que quiera hacer las cosas diferente. ¿Está claro quién lo va a pagar? No. ¿Está claro que lo quieran pagar? Tampoco”.
-Pero está claro que va a ganar el que haga bien las cosas.
-El que se diferencie. Y tenemos una gran ventaja. Nos quedamos con los recursos naturales. Internamente seremos Carbono Cero cumpliendo la meta del 2050 mucho antes, y lo que nos sobre lo vendemos el mundo como un nuevo commoditis. Tenemos que entender que (/este negocio potencial) tiene el tamaño de negocio del gas de Vaca Muerta. Hablamos mucho de Vaca Muerta y poco de carbono de la Argentina, que tiene el mismo tamaño de negocio si lo logramos hacer.
Fuente: Bichos de Campo