Lamentablemente la idea del “aborto seguro” se está desmoronando por sí misma. María del Valle González López murió el pasado domingo 11 de abril tras un aborto legal, supuestamente “seguro y gratuito”, en un hospital público en Mendoza. Tenía 23 años. El 1 de diciembre de 2015, la adolescente Keyla Jones acudió al Hospital Subzonal "El Maitén", en Chubut, para pedir ayuda ante su imprevisto embarazo. La Dra. Estrella Perramón le administró la droga abortiva Misoprostol. Keyla murió días después, el 6 de diciembre en el Hospital de Esquel, al que fue derivada por un cuadro infeccioso. Tenía 17 años.
De acuerdo con información oficial, María del Valle había concurrido el miércoles 7 de abril al hospital Arturo Illia, el único de su pueblo, para solicitar un procedimiento de interrupción legal. Allí le recetaron una medicación -se presume que misoprostol- y el viernes comenzó a sentirse mal. Fue derivada al principal centro de salud de la Zona Este de Mendoza, el hospital Perrupato, donde detectaron una infección general que le habría provocado la muerte.
El avance de la investigación de María del Valle
El fiscal Mariano Carbajal pidió el secuestro de la historia clínica de la joven y la realización de una necropsia para conocer los detalles de su muerte. "Al principio no querían entregarnos la historia clínica de la paciente, pero luego de mucha insistencia, accedieron", le relató a un diario Mendocino una fuente judicial.
El caso de Keyla Jones
Keyla Jones tenía 17 años y siete semanas de embarazo cuando solicitó ayuda por esta inesperada situación. El pedido fue respondido por una trabajadora social y por la doctora María Estrella Perramón quien le suministró misoprostol.
La joven no reaccionó de la manera esperada, presentaba fuertes dolores y hemorragia que la doctora consideró «una menstruación fuerte», con un cuadro agravado la jovencita fue trasladada al Hospital de Esquel donde se informó a los padres que habría sufrido un aborto.
En las investigaciones preliminares del caso, desarrolladas por la Fiscalía de Esquel se determinó «a partir del certificado de muerte de Keyla, que su muerte se produjo como consecuencia del proceso incompleto del aborto, al no haber retirado (previa determinación o exploración), los restos del embarazo dentro del útero, que generaron un cuadro de shock séptico refractario que provocó la muerte de la joven, el 6 de diciembre de 2015, a las 16:40 horas, en el Hospital Zonal de Esquel».
Estos son nada más que dos lamentables casos trágicos que nos interpelan a poner en tela de juicio el tan defendido lema sostenido por muchos, el del “aborto legal, seguro y gratuito”. Entonces, es hora de preguntarse humilde y seriamente:
¿Es posible realmente afirmar y certificar un aborto “seguro” para las gestantes?
¿Puede algún día llegar a ser el aborto, realmente, una práctica segura en sí misma?
De la Redacción de AIM.-