En el primer debate de la historia de la Cámara de Diputados llevado adelante de forma telemática, se aprobó por unanimidad -252 votos- un proyecto de ley para eximir del pago del impuesto a las Ganancias a trabajadores esenciales y otorgar, a su vez, una pensión graciable a familiares de servidores que hayan fallecido por Covid-19 en ejercicio de su labor.
La iniciativa, unificada entre 11 propuestas de distintos bloques, fue tratada con la presencia de casi medio centenar de diputados distribuidos en bancas del recinto, y la gran mayoría conectados a la red desde las Legislaturas de sus provincias, oficinas personales, o bien desde sus propios hogares.
Bajo esa variedad de escenografías, intercaladas en la enorme “video wall” instalada en el recinto, se llevó adelante la sesión, que no registró mayores inconvenientes técnicos. Para el debate se utilizó la plataforma Webex, mientras que el quórum y la votación se registraron a través de una app de la Cámara.
Para votar se dio un tiempo de tres minutos y algunos diputados tuvieron que aclarar su posición a viva voz por no poder hacerlo en el sistema. Hubo un caso curioso, el de José Núñez (Pro), quien no tenía audio y expresó su apoyo levantando el pulgar.
Mónica Frade (Coalición Cívica) y Eduardo Valdés (Frente de Todos) son los dos que figuraron ausentes en el acta de votación, sumados a José Ignacio De Mendiguren, que está de licencia por ocupar la presidencia del Bica (Banco de Inversión y Comercio Exterior. Lucila Lehmann, de la Coalición Cívica, figuró presente, pero no se registró su voto.
Un proyecto de consenso
El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Heller, fue el encargado de presentar el proyecto y explicar sus detalles. De 79 años, el diputado del Frente de Todos habló desde una oficina privada del banco cooperativo que preside, con medidas sanitarias extremas por ser parte de la población de riesgo.
Heller precisó que quedarán exentos del pago del gravamen “los profesionales, técnicos, auxiliares (incluidos los de gastronomía, maestranza y limpieza) y personal operativo de los sistemas de salud pública y privada; el personal de las Fuerzas Armadas; las fuerzas de seguridad; de la actividad migratoria; de la actividad aduanera; y bomberos, que presten servicios relacionados con la emergencia sanitaria”.
La exención se aplicará sobre “las remuneraciones devengadas en concepto de guardias obligatorias (activas o pasivas) y horas extras, y todo otro concepto que se liquide en forma específica y adicional en virtud de la emergencia sanitaria provocada por el Covid-19”.
Según el legislador, se trata de “la ampliación de un reconocimiento a un conjunto de trabajadores que están, por su actividad, fuertemente vinculados a los problemas que se han generado en el marco de esta pandemia”.
El oficialista advirtió que la labor de estos trabajadores durante los fines de semana o en jornadas extendidas “paradójicamente los pudo haber perjudicado” generando que “algunos de ellos cambien de categoría en Ganancias y terminen tributando, por estos aportes que reciben, más de lo que se les está pagando, o parte de lo que se les está pagando se ha consumido” con el impuesto.
La exención regirá desde el 1 de marzo hasta el 30 de septiembre, pero ese período podrá ser extendido por el Poder Ejecutivo, siempre en el marco de la emergencia sanitaria.
En segundo lugar, indicó Heller, se establecerá “una pensión graciable y vitalicia para familiares de quienes perdieron la vida en el ejercicio de su actividad profesional como consecuencia de haber sido afectados por el coronavirus”.
La pensión será otorgada a cónyuges, hijos hasta la mayoría de edad o convivientes de las personas fallecidas, y será “una suma mensual igual al doble del haber mínimo jubilatorio, al que se le aplicarán los aumentos correspondientes a las jubilaciones ordinarias”.
El economista Luciano Laspina (PRO) anunció el apoyo de Juntos por el Cambio. “Sabemos que este proyecto es una gota en el océano, pero es una forma inteligente y consensuada de comenzar una nueva era”, destacó.
“Es un pequeño aporte que hacemos desde el Congreso para este grupo de trabajadores que están asumiendo los más graves riesgos, pero sabemos que hay muchos más héroes anónimos”, expresó Laspina.
Romina Del Plá, del Frente de Izquierda, recogió el guante y advirtió sobre los sectores que quedarán excluidos. “Los trabajadores de limpieza no llegan a pagar Ganancias y los enfermeros cobran salarios que dan vergüenza. ¿Qué beneficios les vamos a dar?”, se preguntó, y mencionó también a “los choferes, los trabajadores de la alimentación y tantos otros que tienen que salir en medio de la pandemia”.
Al cierre del debate, la oficialista Cecilia Moreau destacó el carácter “histórico” de la sesión y su par Cristina Álvarez Rodríguez subrayó: “Se acabaron las especulaciones. Este Congreso está abierto desde el primer día del aislamiento social, preventivo y obligatorio”.
Debut exitoso
Habían pasado solo 10 minutos desde las 18 cuando el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, declaró abierta la sesión con 240 diputados en total, sumando a los presentes y a aquellos que participaban online. Se izó la bandera, se entonó el Himno Nacional y la sesión transcurrió sin tropiezos.
En primer lugar, se aprobó el Protocolo de Funcionamiento Remoto elaborado por la Comisión de Modernización Parlamentaria, que fue aprobado con 248 votos afirmativos y dos negativos, de los radicales Aída Ayala y Álvaro De Lamadrid, dos firmes partidarios de que la sesión fuera presencial. “Las sesiones virtuales son una trampa. No confundamos las herramientas con quién las usa. La democracia no es una aplicación”, declaró este último por Twitter.
Posteriormente, se aceptaron a mano alzada las renuncias de los diputados salientes Daniel Scioli -designado embajador en Brasil- y Andrés “Cuervo” Larroque -nombrado en el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense por la vacante que dejó Fernanda Raverta-.
El dato de color fue que el interbloque de Juntos por el Cambio pidió abstenerse de votar la renuncia de Scioli, luego del escándalo desatado en marzo cuando el exgobernador bonaerense dio quórum en la sesión donde se trató la reforma de las jubilaciones de privilegio.
Massa le tomó juramento a tres nuevos diputados de forma presencial: Claudia Bernazza en reemplazo de Scioli; Lisandro Bormioli en lugar de Larroque; y José Luis Patiño, quien ocupará el escaño de Elisa Carrió, cuya renuncia ya había sido avalada.
La sesión siguió con un minuto de silencio pedido por Silvia Lospennato (Pro) en honor al exdiputado Héctor Olivares, que hace un año fue asesinado a balazos en la Plaza de los dos Congresos, en una causa aun no esclarecida.
Superado el homenaje, llegó el momento de protagonismo del Frente de Izquierda, que propuso una moción para votar un proyecto de impuesto a las grandes fortunas, que resultó rechazada a mano alzada. Nicolás Del Caño (PTS) y Romina Del Plá (PO) exigieron que la votación fuera nominal, pero Massa les vedó esa posibilidad.
A eso le siguió una seguidilla de críticas de la oposición al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 457/20, que otorgó nuevas facultades al jefe de Gabinete. José Luis Ramón (Unidad Federal para el Desarrollo), Graciela Camaño (Interbloque Federal), Cristian Ritondo (Pro) y Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) exigieron derogar el decreto y le reprocharon a Santiago Cafiero que, desde que asumió, no haya ido nunca al Congreso a brindar su informe de gestión.