Más de 12 mil kilómetros separan a la Argentina de Dinamarca. Durante esta semana, la visita de la realeza danesa puso en evidencia la relación entre ambos países que mantienen fuertes lazos comerciales bilaterales.
Dinamarca no solamente es reconocida por su famoso cuento infantil “patito feo” del autor Hans Christian Andersen y por los hermanos Laudrup, reconocidos mundialmente por sus cualidades futbolísticas. También es un país destacado por sus consumos en una gastronomía local fuertemente influenciada por la cocina francesa, italiana y escandinava.
Sin embargo, el poder de la globalización permitió expandir sus consumos hacia otros continentes. En el 2019, según el sistema de consulta de comercio exterior de bienes, importó de la Argentina vinos excluidos espumosos, mostos de uva c/fermentación cortada p/añadido de alcohol, en envases, materias y desperdicios vegetales ncop., utilizados para alimentación de animales, pieles en bruto de visón, enteras incluso sin cabeza, cola o patas.
Todas estas relaciones comerciales son posibles debido a las certificaciones realizadas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que acredita los controles sanitarios. De esta forma se asegura la inocuidad de los productos consumidos por los daneses.
En un mundo de competencia, la Argentina sigue apostando a ser el supermercado del mundo asegurando la calidad de sus productos. El Senasa es un actor clave en la cadena agroalimentaria interviniendo en todos los eslabones.