Trabajadores del arte se movilizaron desde la Municipalidad de Paraná a Casa de Gobierno para reclamar a los Estados que se declare la emergencia cultural, registró AIM. “Nos obligaron a mantener las puertas cerradas y, consecuentemente, a no poder trabajar, por lo que necesitamos ahora por parte de los gobiernos un compromiso para paliar esta situación”, aseguró a AIM el titular de Arteatro, Juan Carlos Gallego.
De un negro luto y con carteles, los actores, músicos, payasos y bailarines de la capital entrerriana marcharon con la indignación y bronca por la inacción de los gobiernos pero sin perder la alegría de la lucha.
La acción “fue para reclamar al Estado la emergencia cultural a partir de las medidas que se tomaron para evitar la propagación del Covid-19, que implicó el cierre de espacio y talleres e impactó sobre el ingreso de los artistas, quienes no tenemos cómo pasar este momento”, contó a esta Agencia el representante de la sala de teatro Arandú, Jesús Fercher.
En ese sentido, explicó que exigen que los gobierno (local y provincial) “después de cinco meses de nula acción de gestión cultural generen líneas de recursos para salir de esta emergencia”.
En Paraná “ya cerró una sala de teatro y ahora con los protocolos se podrán retomar las actividades pero, suponemos, no habrá mucha circulación de gente, por lo que estamos en una situación de emergencia, porque tenemos gastos de alquileres, insumos y servicios en las salas culturales y no podemos cubrirlos”, indicó.
][ “Los teatreros siempre estamos en emergencia, pero la pandemia profundizó el problema... ]
[Juan Carlos Gallego, titular de Arteatro
Al respecto, remarcó: “Llevamos ochos meses de una crisis muy profunda que no tiene culpables pero tiene responsables que son quienes gobiernan y nos obligaron a mantener las puertas cerradas y, consecuentemente, a no poder trabajar, por lo que necesitamos ahora por parte de los gobiernos un compromiso para paliar esta situación”.
En Paraná “ya cerraron dos espacios de arte: ChacabucoArt y Saltimbanquis y el futuro para el resto de las salas no es muy alentador, por lo que debe haber una rápida reacción por parte de los funcionarios si no quieren destruir los pocos espacios culturales que quedan”.