Inflación, escasez de combustibles, tarifas, aumento del costo de los insumos y brecha cambiaria, además de nula financiación bancaria, consecuencia de las políticas públicas del Gobierno Nacional, “son un combo mortífero que perjudica al campo y puede explotar en cualquier momento, afectando a toda la sociedad argentina y entrerriana”, afirmó a AIM el presidente de la Cooperativa Agrícola Ganadera y de Servicios Públicos Aranguren (Coopar), Felipe Pablo Berruhet.
La suba de costos de los insumos y la inestabilidad de los mercados, especialmente de la exportación, a lo que se suma la incertidumbre por el acceso al combustible y su precio, es transversal a todas las producciones.
Berruhet explicó a esta Agencia que “la escasez y el encarecimiento del gasoil, junto a la suba de otros costos, impacta de lleno en la producción, situación se da en un contexto donde las variaciones interanuales promedio fueron del 57 por ciento, en lo que se refiere a los precios que se pagan a los productores, mientras que los costos aumentaron un 86 por ciento. La realidad es que la producción agropecuaria está al borde del colapso y por eso, es urgente y necesario encontrar una solución a esta problemática”.
“Lamentablemente, esto no es nuevo y es una situación sobre la que advierto desde hace tiempo. El gobierno no entiende, no sabe, no quiere, o no puede, concientizarse que el sector agropecuario, que puede proveer al mundo alimentos para 400 millones de personas, está al límite de su paciencia. En reiteradas oportunidades hice notar que a esta película ya la habíamos visto, pero como digo siempre, la esperanza es lo último que se pierde: conservaba la ilusión de que las cosas mejoraran. Aunque con este escenario, habrá que trabajar mucho para revertirlo”.
Además, agregó que “si el enojo ya reinaba en el sector, por la alta presión que implican las retenciones y la brecha cambiaria, ahora se suma que el Estado no puede garantizar el acceso a un insumo clave para llevar a cabo la siembra y la cosecha”.
Políticas públicas nefastas
Berruhet precisó que “genera impotencia analizar las consecuencias de las políticas públicas que instrumenta el Gobierno de Alberto Fernández, cuyos funcionarios siguen perjudicando al sector productivo, éste que trae dólares para las arcas del Estado, e instrumentan medidas de intervención, retenciones y prohibiciones del pasado sin ruborizarse por utilizar herramientas que ya han fracasado una y otra vez. La realidad muestra que ni este Gobierno ni los anteriores, admitieron que atacar al sector agropecuario fue y es el más grosero error de las políticas implementadas, porque la reacción natural a estas medidas que asume cualquier sujeto económico, es retraerse en sus inversiones, disminuir la aplicación de tecnología, la utilización de mano de obra, minimizar los riesgos del negocio con una actitud de prudencia en la aplicación de fondos a la actividad, y aplazar nuevas inversiones. Es tristísimo reconocer que la economía agropecuaria se enfría, pero además, como es el motor del resto de las economías, ese enfriamiento llega a toda las actividades”.
Financiamiento que no llega
En otro orden, destacó el agropecuario que “las ayudas financieras nunca llegan, o llegan tarde, porque las entidades financieras hacen muy difícil el acceso al crédito, por las innumerables trabas que aplican a los productores que, así, nunca son sujetos de crédito”.
El costo de los insumos
No obvió tampoco que la volatilidad en los precios de los granos y de los fertilizantes podría ser la característica que domine en ambos mercados, luego de la invasión de Rusia a Ucrania, “circunstancia que nos afecta notablemente, porque para adelante, la volatilidad seguirá activa en los mercados granarios”.
En rigor, los fertilizantes pueden modificar sus precios a raíz de los fuertes incrementos del valor del petróleo y de los fletes marítimos, pero, puntualmente, porque Rusia es el cuarto productor mundial de urea, el sexto de fosfato diamónico y el tercero de fertilizantes potásicos. Así, los productos que podrían sufrir la influencia del conflicto son bastantes y la duración de este, definirá su efecto sobre el mercado.
La gota que rebalsa el vaso
Berruhet tiene muy claro que la suba del dólar blue y la debacle financiera tras la renuncia del ex ministro de Economía Martín Guzmán, “tiene un fuerte impacto en el campo, y así, la escalada del mercado informal podría llevar a una inflación en dólares en los principales insumos que utiliza el sector. Como si esto fuera poco, el desacople de precios que el Gobierno quiere para los granos, acelerará la inflación, porque una mayor intervención oficial reducirá la producción y terminará con una suba de los alimentos”.
El presidente de Coopar señaló que “ya se sabe que en un contexto de intervención se acelera el proceso inflacionario, pero, además, incide negativamente en el país, porque reduce la actividad económica, las posibilidades de crecimiento del PBI y la liquidación de divisas. En verdad, estamos en presencia de un combo mortífero. Hay hartazgo por la presión impositiva, la brecha cambiaria, el costo de los insumos, la intervención del Gobierno en los mercados de granos y carne, los desequilibrios macroeconómicos, y la inflación. Parece un contrasentido que Argentina produzca menos que su potencial, porque el país tiene una enorme oportunidad con la producción agropecuaria para aumentar las exportaciones, generar divisas, oportunidades y trabajo. Pero para que eso ocurra, deberían existir políticas públicas adecuadas, que por ahora, no están. Mientras tanto, solo vamos para atrás, aunque, como digo siempre, la esperanza es lo último que se pierde”, aseveró.