El gobernador Gustavo Bordet ejecutó un aumento de medio punto en Ingresos Brutos a periodistas autónomos de Entre Ríos, confirmó AIM. La disposición económica expone crudamente una política pública de comunicación que tiende a beneficiar a los medios paraestatales y hegemónicos en la provincia para imponer su relato. Por Renzo Righelato*.
El día del periodista fue simbólico. La habitual corte de toga de la prensa local fue parte de una postal en medio de silencios, exclusiones y llamados de aprietes.
Los grandes medios reciben pautas millonarias con el mismo mecanismo por el que se criticó al ex ministro de Comunicación y Cultura, Pedro Báez. Son contrataciones por “vía de excepción” que benefician, en gran medida, a los medios funcionales al relato del gobierno de Gustavo Bordet. El gobernador y su cámara de empresarios imponen silencios y promueven operaciones de prensa contra adversarios políticos y de referentes en “caída libre”. Ellos, impolutos, cuestionan al ex gobierno con quienes hicieron los mismos negocios y fueron parte.
La obsecuencia es cara, pero efectiva. Bordet es hoy un mártir local y de sus funcionarios involucrados en casos de corrupción no se habla, menos de quienes fueron partener del kirchnerismo y aún sostienen las mismas prácticas que hoy son juzgadas en Tribunales.
A la par, mientras esa oscura trama se consolida, a los pequeños trabajadores autónomos de prensa Bordet los castiga con un aumento de la alícuota en Ingresos Brutos que pasó de 4,5 a cinco puntos, impuesto distorsivo que desalienta la actividad de los autónomos que intentan sostener espacios críticos a las políticas de Estado.
Nadie dice nada, por el temor que genera la persecución que podría implicar hablar durante los cuatro años próximos ante la abrumadora mayoría que le dio a Bordet un nuevo mandato, que lo convirtió en un déspota al que nadie se anima cuestionar por su caudal de votos.
Por Renzo Righelato, director periodístico AIM.