Dos comisiones del Consejo Directivo de la Facultad de Medicina de la UBA aprobaron dos proyectos “que se ubican en la antítesis de los postulados de la Reforma Universitaria de 1918”, alertó a AIM la secretaria general de la AGD, Ileana Celeotto, quien advirtió: “De un día a otro y sin permitir siquiera el debate en las comisiones de enseñanza y concursos, intentan modificar las condiciones de trabajo, dejando fuera de sus cargos a cientos de docentes e investigadores, y de formación de los futuros egresados”.
Uno de los proyectos “pasa por encima de la libertad de cátedra, ya que propone la creación de una escuela de formación docente, tanto para aquellos que quieran iniciarse en la misma como para los que tengan que renovar su cargo”, especificó a AIM la dirigente de la Asociación Gremial de Docentes de la UBA.
“Es además un profundo ataque a la estabilidad y carrera docente dado que borra de un plumazo todo el mérito que pueden tener los antecedentes y antigüedad en el cargo”, agregó.
Pero el otro proyecto es aún peor. Propone modificar la reglamentación de los concursos para auxiliares docentes (JTP, ayudantes de primera y de segunda) con el objetivo que solo puedan presentarse para ocupar cargos de JTP y ayudantes de primera los profesionales egresados de las carreras de esa facultad, "salvo las excepciones que considere el Consejo Directivo”. Lo mismo propone aplicar para aquellos que deben reconcursar sus cargos.
Con esta modificación quedarían fuera de sus puestos todos los docentes e investigadores graduados de otras facultades. En la formación académica, especialmente en el ciclo biomédico, intervienen profesionales provenientes de otras casas de estudio tales como exactas, farmacia y bioquímica, psicología y filosofia y letras, por lo que esta modificación de reglamento también constituye un ataque brutal a los trabajadores de la ciencia en general.
“La propuesta, inexistente en el resto de las universidades, implica en sí misma un ataque a la salud y la investigación científica, y una concepción retrógrada del propio concepto de salud, que hoy se considera mundialmente bajo una óptica y formación interdisciplinaria”, señaló Celeottó.
“No casualmente ambos proyectos aparecen en simultáneo a la creciente organización y pelea del cuerpo docente para terminar con el trabajo gratuito, mal llamado ad honorem”, añadió al respecto.
En ese sentido, concluyó que “en estos días con las medidas de fuerza que implementaron estos trabajadores se demostró que, sin el trabajo cotidiano de ellos, es imposible mantener las clases en los primeros años. Ambos proyectos, implican un retroceso histórico para la salud, la educación universitaria, el mundo académico y científico y las condiciones de trabajo de los docentes universitarios. A 100 años de la Reforma del 18 no podemos dejarlos pasar”, afirmó a AIM.