El ex gobernador Jorge Busti no solo logró cosas que lo dejaron en la historia de Entre Ríos al reformar la Constitución o con la sanción de Leyes que reclamaba la sociedad civil, sino que, también, con la prensa fue un hombre que jamás dejó de hablar ni cerró las puertas de Casa Gris.
Memorias quedan de Busti. Todos ven un hombre distinto: algunos un gran político que respondió (como pudo) las demandas de su pueblo, otros, como un dirigente que supo aprovechar el momento.
Luego de dos gobernadores que no dialogan con quien piensa distinto, recordar a Busti y su equipo de trabajo es rememorar un modelo en el que la palabra existía, más allá de las diferencias. En su contacto con la prensa fue siempre atento, nunca pidió que nadie deje de ir a cubrir conferencias a Casa de Gobierno ni, tampoco, dejó de responder en cualquier momento alguna pregunta opositora.
Su astucia y capital simbólico siempre daban un giro. Sus declaraciones, habitualmente, demostraban coherencia en cuanto a su propuesta de gobierno.
No importaba la edad ni la ingenuidad o dureza de la pregunta, él te atendía y sus colaboradores siempre gestionaban la palabra de funcionarios de su gobierno, más allá de las discusiones posteriores por títulos o bajadas más o menos picantes.
Los gobiernos de Busti, quedan en la página de la prensa como lo que debía ser: abiertos a la opinión pública y dialoguistas.
Por: Renzo Righelato, director periodístico de AIM.