Luego de una interrupción en la continuidad del debate en la comisión presidida por José Luis Espert, ya no habría más informativas y promediando el mes de noviembre el texto llegaría al recinto. Ruido con los aliados por la conferencia de prensa que no fue.
Presentada puntualmente el 15 de septiembre pasado nada menos que por el presidente de la Nación en el Congreso, comienza en noviembre una carrera contrarreloj para aprobar la ley de leyes. Un proyecto que el mismo Gobierno ha transparentado que no le quita el sueño aprobar o no. Está claro que esa es una novedosa táctica utilizada desde lo más alto de esta administración, pero también es cierto que el mileísmo no se desvive por contar con esa herramienta. Más bien, preferiría seguir como este año.
No es lo que la oposición prefiere, obviamente. Tal cual han transparentado aun desde los sectores críticos -pero dialoguistas-, quieren aprobarle al Gobierno su primer presupuesto enviado al Congreso, aunque lógicamente con algunas modificaciones y por eso es que reclaman interlocutores a quiénes transmitirle las propuestas.
Más allá de que el mismo 15 de septiembre se conoció el texto elaborado por el Palacio de Hacienda, el inicio del debate en la Comisión de Presupuesto arrancó sin demasiado apuro. Ni a la semana siguiente, ni en el transcurso del mes de septiembre. Ni siquiera en la primera semana del mes siguiente, sino recién el 8 de octubre. Sin la presencia del ministro de Economía, cosa que se presumía desde un primer momento y que ya a esta altura nadie espera escuchar en la comisión.
Con todo el mes de noviembre por delante, ya es tiempo de trazar un cronograma, respecto del cual muchos legisladores -propios y ajenos- se animan a arriesgar fechas. Sobre todo, a partir de que la última semana ya no se reunió la comisión que preside José Luis Espert. De hecho, eso sucedió después de que en lugar de una reunión semanal se hicieran dos. En la última, a la que asistió Carlos Torrendelli, el titular de Presupuesto y Hacienda hizo un rápido resumen de lo trabajado allí, detallando la asistencia de siete funcionarios y el debate durante -hasta entonces- veinte horas. Con la de esa jornada, se llegó a 25. Todo en el marco de cuatro reuniones informativas. Habida cuenta del impasse posterior, sonó a balance final.
En efecto, la semana que pasó no fue convocada esa comisión, que sí trabajó el martes -día habitual dedicado al tratamiento del presupuesto- con la privatización de Aerolíneas Argentinas, cuyo dictamen fue suscripto a lo largo de esa jornada. Para esta próxima semana todavía no hay convocatoria formal a volver a reunirse, y de hecho el propio presidente de la Cámara habría anticipado previamente que para la primera semana de noviembre no preveía reuniones de importancia, dada la presencia en Estados Unidos de numerosos legisladores, invitados por las elecciones en ese país.
Más allá de esas cuestiones, esta es una administración que da señales cuando suceden cosas… pero también cuando no pasan. Son todo un dato tanto las reuniones que se hacen, como las que se suspenden. O más aún estas últimas. De ahí que no pasara desapercibida la no reunión de esta última semana en la Comisión de Presupuesto.
Ni qué decir de la conferencia de prensa anunciada para el miércoles pasado, para hacer un “importante anuncio” sobre el Presupuesto, suspendida minutos antes de la hora prevista. Trascendió que la misma iba a girar en torno a reasignaciones de partidas para atender los requerimientos de la oposición respecto del tema educación, pero utilizando otras asignaciones destinadas al financiamiento de los partidos políticos. El rechazo de los aliados a esa medida habría sido el factor de la suspensión de esa conferencia que nunca fue reprogramada.
Los diputados del Pro y del MID, habituales participantes de la “mesa de los lunes” en Casa Rosada (que a veces se lleva a cabo otro día), se plantaron en contra de ese anuncio y el tema se congeló.
Como tampoco se realizó la última semana una reunión de esa mesa. Repetimos: son todo un dato las reuniones que se hacen, como las que se suspenden.
Más allá de esas demoras, los tiempos todavía juegan a favor del Gobierno. Según confiaron a parlamentario.com fuentes parlamentarias consultadas, en la semana del 20 de noviembre se trataría el presupuesto en el recinto. La semana anterior habría una última sesión sobre otros temas en Diputados.
La semana siguiente, o la primera de diciembre, sería la sesión de tratamiento del presupuesto en el Senado, donde el oficialismo confía que habría disposición a aprobar lo que salga de la Cámara baja, conforme es uso y costumbre. Podría ser en el marco de extraordinarias, o una ampliación de ordinarias, no hay precisiones todavía al respecto.