La humanidad ha tomado de a poco, rápido últimamente, algunas características de los zombis. Según el vudú haitiano, un zombi es un muerto resucitado por un mago negro para convertirlo en esclavo, capaz de trabajar pero sin voluntad propia, ya que está sometido a la voluntad el mago.
El profesor, investigador y ex espía ruso Daniel Estulin, ha descorrido el velo del club Bilderberg en uno de sus libros. Parece próximo a las posiciones del filósofo y geopolítico Alejando Duguin, que postula una "cuarta posición" que no es liberal, comunista ni fascista sino más bien populista.
Según Estulin, la zombificación de la población mundial es un proceso que viene de lejos, no surgió de golpe. La gente que de pronto debió enjaularse presuntamente para protegerse de la peste por orden de su gobierno lo hizo en general dócilmente, preguntando quizá qué pasó, por qué la prisión cuando todo estaba bien. Según Estulin no estábamos bien: Si alguien padece cáncer y no lo sabe, la enfermedad está y se manifestará.
Su idea central es que el gobierno mundial actual responde al capital financiero, pero está agotado. Lo que quieren los banqueros -dicho rápidamente- es robar todo lo que pueden a los demás. El sistema está basado en números en la pantalla del ordenador, que pueden hacer que cuatrimillonarios fabricados hoy pierdan todo mañana, porque son números que no muestran el valor de algo, no son capital productivo sino especulativo.
Chocando contra los límites
A finales de los 70, el capitalismo financiero se encontró con el límite del crecimiento. Pudo solucionarlo haciéndose con la zona soviética en 1991 y con el 40 por ciento del mercado mundial. Pero el limite volvió a presentarse en 2008 sin perspectivas de expandirse más.
No era posible a China o África. En África la gente gana un dólar por día y en China la mitad de la población está en situación similar y es mantenida a nivel de la tecnología agrícola del siglo XIX, porque si acceden a la tecnología moderna se convertirían en 600 millones de desocupados hambrientos.
Las trompetas del Apocalipsis
Desde 2008 el sistema occidental, que llenó la Urss con su basura, sufrió la crisis de Lehmann Brothers, el primer toque de atención de la quiebra actual. El paciente hoy tiene cáncer en todo el cuerpo y está en el lecho de muerte.
Según Estulin la situación se palió hasta el 2008, pero desde 2014 las crisis fueron cada vez más frecuentes, hasta la actual, disimulaba bajo la peste del Covid 19.
El modelo económico está en una quiebra de la que no se puede salir por mucho que se impriman dólares, que desde que no hay respaldo oro son apenas papeles de colores.
La lucha actual en los Estados Unidos no es una competencia entre republicanos y demócratas, los dos grandes partidos norteamericanos, sino entre modelos económicos: el globalista financiero y el continentalista industrial.
Para Estulin el llamado "Estado profundo", el poder real, es una banda planetaria, una mafia integrada por el Fondo Monetario Internacional, Wall Street, el Banco Mundial, la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo, e instituciones como Hollywood o Silicon Valey. "Son el mismo grupo, son el cielo sobre nosotros, uno para todos".
El que reparte y reparte...
La máquina de imprimir dinero está en manos de esta gente, que en su momento prometió a China, por ejemplo, garantizarle un crecimiento del 6 por ciento anual sin esfuerzo, solo por formar parte de su modelo.
Repartieron dólares y consiguieron aumentar el mercado de consumo de todo el mundo. China y Estados Unidos no son enemigos sino la cara y la cruz de la misma moneda.
Las horas que pasan ya no vuelven más
Estulin afirma que de esta crisis no hay salida. "Nunca volveremos a nuestra vida corriente anterior, estamos viendo el reformateo del mundo. La gente que quebró el modelo sistémico decidió provocar el descalabro total, que será dos veces peor que la crisis del 1929".
Afirma categóricamente que la culpa no es del coronavirus. "Ese es un cuento de un mal pensado que no está del todo bien de la cabeza".
El mundo en ruinas
La deuda planetaria que acumuló el capital financiero es un número de dólares con 15 ceros. Es impagable, el mundo está quebrado. "Los avaros culpables -los banqueros- pensaron en causas de fuerza mayor para evadir su responsabilidad: un meteorito, un maremoto, Godzilla saliendo del mar, la guerra termonuclear.
Dice que el asesinato del general iraní Qasem Soleimani tenía la finalidad de provocar la guerra nuclear y la muerte de cuatro o cinco miles de millones de personas, pero no lo consiguió.
El modelo posindustrial está terminado, los que ganaron mucho dinero con él enfrentan el sexto paradigma que vendrá ahora y hará desaparecer a los enriquecidos con las pantallas de computadoras.
La población trabajadora será reemplazada por robots, por la inteligencia artificial, que es el modelo que viene. Por eso a la élite supranacional se le ocurrió inventar un virus y por supuesto la vacuna para evitar dañarse a sí mismos.
Pandemia sí o sí
Ellos, que no suelen aparecer en la prensa ni en la lista de Forbes, hablaron con el presidente de la OMS, le prometieron dinero, y si no aceptaba lo amenazaron de muerte. Finalmente, la OMS declaró la pandemia como querían, cuando en realidad no existe.
La élite controla los medios de comunicación del mundo: el Washington Post, Le Monde, El New York Times, Clarín. Esos medios se encargarán de desacreditar por completo a los gobernantes que no acepten los lineamientos de la OMS.
La realidad publicada
Estulin tiene poca confianza en el discernimiento de los zombis: La gran mayoría de la población mundial creerá cualquier idiotez si aparece en la tapa del Times o cualquier otro medio equivalente. Si no está ahí, no existe.
En algunos países los niños son educados por los gobiernos en la delación de sus padres. Les explican que si el padre cree en alguna teoría de conspiración que implique que se trata de un intento de desmontar el sistema económico, no debe el niño discutir con ellos sino hablar con sus maestros, para que éstos informen a la policía, que se encargará de conformar al padre la verdad de las cosas.
Presos sin ideas
Estulin considera que es muy fácil encerrar a cinco mil millones de personas porque la gente ha dejado de pensar y eso explica por qué estamos cómo estamos.
Todos los países cerraron sus economías y ese es el camino encontrado por la elite para lograr sus fines. La finalidad es salvar algunos miles de personas, pero a cambio están matando a muchas más. El coronavirus termina siendo un arma de destrucción masiva.
El problema es qué hacer con 7000 millones de personas que sobran, sin industria de entretenimiento ni turismo. Y ese problema no tiene solución.
Dictadura modélica
La actual dictadura del coronavirus es el paso de un modelo a otro. Hasta ahora hubo una fachada democrática que caerá y aparecerá la realidad tal como es.
Al modelo moribundo seguirá la destrucción de la economía de servicios; el mundo virtual, aprendizaje a distancia, desaparición de escuelas y universidades porque no hace falta gente inteligente, todos aborregados e iguales.
Ya adelantan algunos funcionarios que no hace falta saber historia ni matemáticas sino ser buenos ciudadanos que se ayuden entre ellos y conozcan las enfermedades que los amenazan para luchar juntos contra ellas.
Habrá estructuras económicas que no dependen del trabajo humano. Todo será controlado por el Estado, pero los seres humanos deben entender que en el nuevo mundo sobran y deberán buscar en qué son mejores que los robots.
Mi reino por un caballo
"Mi reino por un caballo" es una frase que Shakespeare atribuye a Ricardo III de Inglaterra, acorralado en la batalla de Bosworth, y que muestra la relatividad del valor de las cosas. Solemos apreciar mucho la libertad, pero cuando el miedo aprieta parece valer menos que una rata muerta.
La libertad será solo física, ya no mental. Para Estulin "la libertad que entregamos a cambio de nada será un alto precio para nuestros hijos o nietos. No podemos entregar la libertad a cambio de una vacuna. Esto ha ido demasiado lejos".
De la Redacción de AIM.