La agrupación Rojo y negro 1° de mayo de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) denunció que “confiados en la buena disposición de las y los trabajadores y de las comunidades educativas, pero sin hacerse responsables de las cuestiones indelegables que como Estado tienen, están ensayando un regreso a las aulas que arriesga la vida de miles de trabajadores, docentes y familiares”.
Los docentes calificaron el retorno a clases como “un acto de improvisación con precedentes muy cercanos”.
“En este preciso instante, una gran parte de las direcciones de los establecimientos está administrando lo poco que les queda de insumos para limpieza y sin ir más lejos, se siguen vendiendo pasteles y rifas para poder pagar internet y otros gastos corrientes y en algunos casos hasta para pagar la factura del gas. Viendo que será imposible definir una ‘aula de aislamiento’, como también realizar la limpieza del establecimiento, si tendrá ocupación plena. Es descarado que el gobierno blanquee la ausencia del Estado al fijar en esta resolución que la higiene de la escuela sea responsabilidad de ‘Juntas de Gobierno, Comunas, padres/madres o vecinos’”, precisaron.
En ese sentido, aseguraron que “llena de contradicciones y un sinfín de vacíos, en estas disposiciones de higiene y seguridad se propone por ejemplo intensificar la limpieza e higiene y en todos los sectores y en la misma resolución se reconoce que hay escuelas que no tienen personal de maestranza. Del mismo modo y no menos contradictorio, solicita mantener las distancias adecuadas, pero se olvida que la mayoría de los pupitres son dobles y los alumnos están uno al lado del otro sin siquiera 10 centímetros de separación. Por otro, y solo con el fin de ilustrar la carencia de seriedad de la presente norma a la cual nos referimos, recomienda el uso del barbijo y no lo hace obligatorio, cuestión esta que está harto probada es una medida casi indispensable para evitar contagios”.
“Si el distanciamiento y el tamaño del aula, permite que sólo puedan ingresar 15 estudiantes de una matrícula total, por ejemplo, de 25 ¿qué debe hacer la escuela? ¿virtualizar el proceso de 10 estudiantes? ¿Incorporarlos a otro grupo? ¿Crear turnos rotativos? El gobierno propicia que las y los estudiantes trabajen codo a codo durante jornadas de entre 4 y 6 horas, todos los días, circulando de su casa a la escuela, sin explicar científicamente cómo no habrá contagios en estos casos. ¿Qué ocurrirá con las y los estudiantes cuyos padres decidan que no cursen presencialmente, dada la ausencia de condiciones? ¿Y con quienes han decidido no vacunares poniendo en riesgo su vida, la de todas y todos nosotros y el funcionamiento del sistema sanitario?”, apntaron.
Al respecto, agregaron que “con una paritaria de condiciones laborales abierta que podría haber funcionado dando pautas precisas y serias para cada sector de las comunidades educativas, una vez más, el gobernador y las autoridades escolares han demostrado que poco le importa llegar a acuerdos e imponen sus prioridades mezquinas por sobre la salud de la población y tira las responsabilidades sobre directivos, docentes, padres y estudiantes”.