Desde el Movimiento Socialista de los Trabajadores se dio a conocer su oposición a la decisión de reapertura de la actividad comercial y pidieron que se realice de forma planificada, realizando estudios en la población “para verdaderamente conocer la situación en la que nos encontramos”, dijo la ex candidata a diputada nacional, Nadia Burgos.[{adj:75854 alignright}]
A raíz de la apertura a nuevas actividades comerciales y productivas que comenzó esta semana, la dirigente del MST – Nueva Izquierda, Nadia Burgos, declaró que “en medio del desarrollo de la pandemia, cuando estudios que son avalados por la Organización Mundial de la Salud demuestran que los infectados por Covid -19 no llegan a desarrollar anticuerpos para no volver a enfermarse con el mismo virus, y acercándonos al invierno conjuntamente con el pico de contagios pronosticados, el gobierno provincial pareciera ensayar una especie de desarme de la única medida que ha tomado para enfrentar al Coronavirus. Nuestro espacio político, desde un primer momento, sostuvo que la cuarentena no podía llevar a la gente a la disyuntiva de preferir contagiarse de coronavirus que a no pasar hambre. Pareciera que (el gobernador Gustavo) Bordet, en sintonía con el gobierno nacional y los intendentes de la provincia, no sólo muestran síntomas de miopía ante el contexto socio económico que atravesamos, sino que también desoyen los reclamos populares”, planteó.
La dirigente del trotskismo dijo que “después de que varios comerciantes, en diferentes ciudades de Entre Ríos, hayan tenido que romper la cuarentena para ser escuchados por los funcionarios públicos, estos disponen medidas para habilitar la reapertura de sus lugares de trabajo. Consideramos totalmente errada esta decisión. Por un lado, como venimos reclamando, para impulsar una reapertura planificada no se necesitan protocolos pensados de la noche a la mañana, sino testeos masivos, como lo indican los profesionales y trabajadores de la salud, para verdaderamente conocer la situación en la que nos encontramos. Y, además, en sentido económico, no se puede exponer a que los propietarios de un negocio particular tengan que afrontar la posibilidad de contagios para vivir. Una verdadera respuesta para autónomos, precarizadxs y desempleadxs, sería la implementación de un salario universal de 40.000 pesos para atender las necesidades básicas. Para llevar a cabo la medida hay que avanzar en la implementación de fuertes impuestos a todas las grandes riquezas y corporaciones. Así quedarse en casa dejaría ser una cuestión de privilegio”, enfatizó.