Alberto Fernández usó la redes sociales para enviar un mensaje por el Año Nuevo judío. Transmitió sus "mejores deseos" para el 5783 que se inicia. Añadió a sus palabras una imagen con manzanas y miel, alimentos que son tradición en esta celebración de la comunidad judía.
El Presidente Alberto Fernández saludó este domingo a la comunidad judía por Rosh Hashaná, en la celebración de su Año Nuevo, y le deseó sus "mejores deseos".
"Con la aparición de la primera estrella, este 25 de septiembre el pueblo judío comienza la celebración de Rosh Hashaná",dijo Fernández en su cuenta de Twitter.
Y añadió: "Mis mejores deseos para toda la comunidad judía argentina en este año nuevo, el 5783. ¡Shaná Tová Umetuká!", que es un augurio de "año bueno y dulce".
Rosh Hashaná representa el inicio del Año Nuevo para el pueblo judío. Significa "Cabeza del Año" y se celebra a partir de la puesta de sol del 25 de septiembre, extendiéndose durante el 26 y 27, los primeros días del mes Tishri.
El fin oficial de las celebraciones es el 5 de octubre, con el "Día del Perdón" o Yom Kipur.
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) publicó en sus redes oficiales: "Esta noche se celebra la fiesta de Rosh Hashaná, el año nuevo judío. Les deseamos un 5783 dulce que esté lleno de salud, alegría, paz y buenas noticias. ¡Shaná Tová Umetuká!".
Lo propio hizo la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). "Que este 5783 nos encuentre poniendo en acción los valores que nos identifican como pueblo y trabajando todos los días por una comunidad unida y pujante. Shaná Tová Umetuká", escribió la institución en Twitter.
La fiesta religiosa representa la creación del mundo y del ser humano, y es un momento de reflexión y balance espiritual para la comunidad judía, que la utiliza para pedir perdón a Dios y a los semejantes agraviados.
De esta manera, se festeja para dejar atrás los males del año que pasó y encarar de manera renovada los tiempos venideros.
La evocación del Año Nuevo comienza el 25 a la mañana, tocando el Shofar, un instrumento hecho con el cuerno de un animal kosher, en general carnero, aunque puede ser de cabra o antílope. Su sonido invita a "despertar la conciencia".