En medio del debate por el Presupuesto 2019 en la Legislatura porteña, organizaciones gremiales y sociales piden la emergencia educativa en la Ciudad de Buenos Aires. “El recorte llegó a niveles alarmantes, y dejan a las escuelas en una situación de gran vulnerabilidad en lo que refiere a infraestructura y alimentación, así como también acrecienta las dificultades para satisfacer la demanda de vacantes debido a la falta de inversión en la creación de nuevos establecimientos, sobre todo en nivel inicial”, alertaron a AIM desde Familias por la Escuela Pública.
En redes sociales, se inició una campaña de visibilización de la emergencia educativa en Caba. “No al presupuesto del vaciamiento educativo!”, reza el mensaje que circula por whatsapp.
Para citar un dato concreto: “En 2005, el Presupuesto anual por alumno era de $120 con un dólar a tres pesos y, en 2018, fue de $80 con un dólar a $40, lo que nos da como triste resultado la cuenta de U$S 40 anuales por alumno en 2005 y dos dólares en 2018 en la Ciudad”, lamentaron a AIM los padres de la organización.
“Como ya sabemos, si hay Cooperadoras conformadas hay Fondo Único Descentralizado de Educación (Fude) que, como dinero proveniente del Estado, alcanza para solventar en promedio un 15 por ciento de los gastos anuales de los gastos de una Escuela”, explicaron en un documento al que tuvo acceso AIM.
En ese sentido, “las comunidades tienen que aportar dinero haciendo actividades diversas o haciendo trabajo voluntario. Aquellas comunidades más golpeadas por la realidad económica y social sufrirán las distintas degradaciones educativas cotidianas. Aquellas escuelas con comunidades mejor posicionadas socialmente tendrán más tiempo para dedicarse. Una tergiversación de lo que tienen que hacer las comunidades escolares”, agregaron.
De allí que “la calidad educativa y social en todos los niveles, desde inicial a media se verá dañada, constituyéndose así escuelas de primera, segunda o tercera, como resultado de la falta de inversión”.
El problema no termina aquí. Hay que tener en cuenta “la situación económica actual que ha empujado a los comedores escolares a muchos más pibes cada año, generando una situación de mayor gravedad. Hay más demanda alimentaria y menos inversión estatal, traducida en viandas más chicas, de menor valor calórico y nutricional, y menos becas”, especificaron a AIM desde la entidad.
A su vez, “en materia de infraestructura, la falta de inversión es acuciante: tenemos escuelas con graves problemas edilicios y sin conectividad, y no se cumplió con la meta de construcción de nuevas escuelas. Se mejoraron superficialmente aulas destinadas exclusivamente al programa llamado Secundaria Del Futuro, dejando el resto de las aulas y el resto de los establecimientos donde no funciona esta reforma, en muy malas condiciones. Resulta así llamativo el ineficaz e inequitativo criterio de asignación presupuestaria del ministerio, que prioriza la compra de sillas de colores o la inversión en la construcción de una universidad docente, en vez de destinar esos fondos a la mejora de las instituciones ya existentes y a la atención de las múltiples necesidades de estudiantes y docentes”.
La inversión en materia de salarios y de capacitación “es a las claras insuficiente, no permite que se cumplan las metas de aumento de profesores por cargo -en lugar de los profesores “taxi”- y no se cubren las horas vacantes, además de que al hacerse en horario escolar obstaculizan la tarea pedagógica”.
En materia del propio diseño de la política educativa, “la reforma llamada Secundaria del Futuro y el proyecto Unicaba nos muestran una clara posición de mercantilizar el sistema educativo. Ello, además, en el marco de una gestión opaca y unilateral, que cierra el diálogo a las comunidades educativas y a los trabajadores de la educación. Esto tiende a profundizar la desigualdad, propiciando mano de obra barata, precarizando el futuro de nuestros pibes y maestros y, en definitiva, empeorando la situación educativa de la ciudad”.
Así las cosas, “un debate democrático sobre la educación de la ciudad requiere de un ministerio de Educación respetuoso de los actores, de los procesos democráticos y de las responsabilidades públicas”.
Por todo ello, “solicitamos el tratamiento parlamentario en una sesión especial por parte de todas las fuerzas políticas de la Ciudad que declaren, como resultado de lo antes expuesto, la emergencia educativa en el distrito”, sentenciaron a AIM desde Familias por la Escuela.
Los peores datos de la historia
En 2019, la educación porteña tendrá el peor presupuesto de su historia. El año que viene Salud y Educación tendrán su participación mínima: El educativo será sólo del 17 por ciento, cuando hace 17 años superaba el 30. Mientras tanto, crece lo destinado a deuda pública.
El presupuesto del distrito más rico del país será de $ 321.457.194.702. Y lo destinado al área educativa llegará a 57.405 millones. Eso representa el 17,9 por ciento del presupuesto total de la Ciudad. Este año es un 19,4. Y en 2001 era del 30 de todo lo invertido por el Ejecutivo porteño en el año.
Hay otras áreas críticas: En medio de un brote inflacionario, a Cultura le destinarán 2247 millones menos: de los 9794 millones actuales, a los 7546 millones en 2019. Trabajo apenas crecerá un 1,3 por ciento interanual; Vivienda, un 7,4; y Agua Potable y Alcantarillado, 1,5. Mientras tanto, está previsto que el ABL suba un 38 por ciento, y la gestión de Horacio Rodríguez Larreta admite en el proyecto que no comenzará ninguna obra nueva en 2019.