Luego de que el gobernador de Chubut amenazara con interrumpir el suministros de petróleo y gas, si el Gobierno nacional no envía 13.500 millones de pesos en concepto de coparticipación, el presidente Javier Milei lo desafió a “proceder” y “hacerse cargo de las consecuencias en la Justicia”. En solidaridad, se encolumnaron todas las provincias, entre ellas, Entre Ríos, sin distinciones partidarias.
A través de un comunicado, la Oficina del Presidente señaló que esos fondos corresponden a “una deuda que mantiene la provincia de Chubut con el Fondo Fiduciario para el Desarrollo Provincial”. En ese sentido, explicaron que el cobro de dicha deuda “se realiza por descuento directo de la Coparticipación”.
“De ninguna manera el Poder Ejecutivo Nacional contribuirá al financiamiento del despilfarro de las provincias que se niegan a bajar gastos innecesarios, eliminar cargos políticos prescindibles y gobernar con la austeridad que la crisis económica heredada requiere”, planteó el Poder Ejecutivo.
Luego de insistir en que los gobernadores deberán reducir el gasto público “como está haciendo el Gobierno nacional”, la Casa Rosada lamentó que el mandatario de Chubut, Ignacio Torres, haya lanzado “una amenaza de carácter chavista respaldada por Axel Kicillof y el resto de los gobernadores”.
Según detallaron, se trató de una amenaza “chavista” porque cortar el suministro de hidrocarburos implica necesariamente un “avance sobre la propiedad privada y la expropiación de empresas”.
“Por todo lo expuesto, se le comunica al gobernador Torres que no existe la necesidad de que ponga ningún plazo de tiempo para llevar a cabo su plan de extorsión. Proceda con su amenaza de inmediato y hágase cargo de las consecuencias en la Justicia”, fue la desafiante respuesta del Gobierno.
Solidaridad de las provincias
El recorte de 13.500 millones de pesos de las transferencias de Chubut desató una rebelión inusitada pero previsible de los gobernadores, que expresaron de manera pública el hartazgo por los permanentes recortes que tienen de las transferencias que venían recibiendo de la Nación de manera constante durante los últimos gobiernos. El límite fue la poda de las partidas destinadas a subsidiar el transporte, pero de fondo hay una reacción a semanas de negociaciones frustradas y un consenso imposible.
El gobernador de Chubut, Ignacio “Nacho” Torres, con su amenaza de cortar el gas y el petróleo que produce su provincia, puso en palabras un enojo larvado que se acrecentó por la embestida del presidente Javier Milei contra los mandatarios que votaron en contra de la Ley Ómnibus. El ultimátum ocurrió después de intentos de una vía de negociación para evitar un nuevo hachazo a las maltrechas cuentas públicas locales.
“Les damos tiempo hasta el miércoles. Si no nos quitan la pata de encima, no va a salir un barril más de petróleo de Chubut a la Argentina... y ahí te quiero ver”, lanzó el gobernador de Chubut, que es del PRO y tuvo desde el principio de la gestión una relación de cooperación con la Casa Rosada, que de hecho se plasmó en que sus diputados votaron a favor de la denominada “Ley Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos”. La respuesta a esa frase estuvo a cargo del ministro del Interior Guillermo Francos: “Si lo hace, cometería un delito”.
Los dichos de Torres, que rápidamente tuvieron el apoyo y la solidaridad de todo el arco de gobernadores del país, expusieron con toda la potencia un fastidio que se fue macerando a fuerza de desgaste, promesas incumplidas y reclamos desatendidos. A Chubut y a las demás provincias el gobierno de Javier Milei les viene recortando partidas discrecionales que, tanto en los gobiernos de Cristina Kirchner, de Mauricio Macri y de Alberto Fernández formaban parte de una suerte de coparticipación blue. Es que eran transferencias que surgían de leyes específicas que se giraban de manera automática.