Saltar menúes de navegación e información institucional Teclas de acceso rápido

El clima hoy en:

-

- -

El dólar hoy: (BCRA)

$986,5 / $1026,

Política
Política

Gesell: Economía argentina contra la crisis

Según los textos de economía, el dinero es una mercadería más, con algunas particularidades: es medio de intercambio, sirve para medir y comparar el precio de las demás mercaderías y servicios y es un medio de atesoramiento, de ahorro.

El dinero se ha convertido en una mercancía que genera desigualdades sociales debido a la usura y afecta negativamente a la economía real.. Archivo
El dinero se ha convertido en una mercancía que genera desigualdades sociales debido a la usura y afecta negativamente a la economía real.. Archivo

Sin embargo, todas las mercaderías, en la medida en que son objetos materiales, se desgastan, se deterioran, se inutilizan o simplemente se consumen.

El dinero, por el contrario, en lugar de deteriorarse con el tiempo, crece, engorda, mejora, aumenta de manera exponencial. Por ejemplo: una moneda de oro puesta a interés compuesto al comienzo de nuestra era, se habría convertido hoy según la tasa en una o varias esferas de oro macizas del tamaño de la Tierra. Y sin embargo, el peso de aquella moneda de oro no habrá aumentado ni un miligramo.

Volver a Gesell

Un alemán que vivió en la Argentina, Silvio Gesell, fue autor de una teoría económica olvidada, pero que tuvo en cuenta por ejemplo John Maynard Keynes para elaborar las ideas que recomendó a Roosevelt para salir de la crisis del 30. Por eso se ha dicho que el keysenianismo nació en la Argentina.

Gesell escribió en nuestro país su libro "El orden económico natural por libre tierra y libre moneda" y sirvió de antecedente a Keynes para su "Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero", que a pesar de la lluvia de críticas indignadas o despectivas con que han intentado desacreditarla los neoliberales, sigue siendo la obra económica más importante del siglo XX.

El propio Keynes reconoció varias veces su deuda con Gesell; pero aparte del recuerdo de la casa de comercio de Buenos Aires y la villa balnearia de la costa atlántica, el personaje no es conocido por otra cosa, al menos en nuestro país.

A diferencia de las ideas de Keynes, las de Gesell no se basan en la deuda, hoy muy excesiva en todo el mundo al punto que se ha convertido en un problema sin solución aparente.

Las finanzas del pueblo

Silvio Gesell nació en 1862 en Sankt Vith, una localidad de Bélgica que era entonces territorio alemán. Era un socialista inclinado al anarquismo que estuvo a punto de ser fusilado cuando en 1919 cayó el gobierno del efímero Soviet de Baviera, Alemania, del que participó como funcionario de economía, "Representante de finanzas del pueblo". Pudo defenderse ante los jueces de las acusaciones y salvó el pellejo, pero no pudo ver en circulación el dinero de su invención que estaba en impresión cuando el contragolpe de los Freikorps, los mismos que asesinaron a Rosa Luxemburgo y a Carlos Liebknecht. Era el "dinero oxidable" que en lugar de ganar intereses, como en la usura, se depreciaba con el tiempo. Ese dinero ya no tendría la posibilidad que tiene el capital financiero de poner la economía a su servicio al punto de ahogarla y someterla a terribles crisis periódicas.

La familia de Silvio fue fundadora de Villa Gesell, que por su padre lleva el nombre, y fue propietaria en Buenos Aires de la Casa Gesell, en su tiempo un renombrado negocio de venta de artículos para bebés.

La convertibilidad secular

Las ideas de Silvio se aplicaron por iniciativa de Carlos Pellegrini en la crisis argentina de fines del siglo XIX, que fue superada gracias a la ley 3871, que dejó sin efecto en nuestro país el patrón oro y la   convertibilidad.

La convertibilidad había derivado a fines del siglo XIX en una crisis tremenda al cabo de nueve años de aplicación.  Un siglo después, en 2001, otra convertibilidad vino a provocar la ruina del gobierno que la sostuvo más allá de lo prudente de la mano del mismo ministro que la había impuesto años antes.

La charla parlamentaria

En "El dinero tal cual es" Gesell cuestiona a economistas y políticos de su tiempo, con palabras que calzan bien en los actuales:  "¿Para qué se amontonan en las bibliotecas las obras de crítica del capitalismo si sus autores son incapaces de proponer algo mejor?   ¿Para qué discuten los parlamentarios sobre la lucha contra la desocupación, contra la crisis, contra las guerras de conquista, si ignoran en absoluto las leyes que rigen la vida económica moderna? ¿Acaso la opinión pública no se ríe de los parlamentos, de su charlatanería, de su ineficacia proverbial? ¿Para qué se cambian los gobiernos, se organizan las revoluciones, se implantan dictaduras, si todos estos cambios, forzosamente han de quedar estériles por falta de un programa económico?"

Sostiene sin vueltas que ningún partido político tiene programa económico, solo mantienen el que rige, del que suelen ser cómplices, y se mantienen ellos mismos a flote a fuerza de frases.

En "El orden económico natural" están las ideas de un socialista no atado a ningún partido ni sistema, pero están también en germen el keynesianismo y las propuestas de Laudato Si, el título de la encíclica del Papa Bergoglio que recuerda una frase de Francisco de Asís.

El dinero oxidable

Para Gesell el dinero se ha convertido en una mercancía que genera desigualdades sociales debido a la usura y afecta negativamente a la economía real.

El remedio es para él que la moneda pierda   gradualmente su valor si no se usa: eso es el dinero libre, la moneda oxidable como la designó para contraponerla al oro, que tiene la propiedad de no oxidarse.

Una moneda "oxidable", que pierda valor con el tiempo en lugar de ganarlo con el interés, no podrá ser acumulada. Esa moneda deberá seguir el destino de todos los objetos materiales, degradarse según un proceso entrópico.  La finalidad del dinero libre es romper la "prepotencia del dinero"

Gesell explica: "Mientras los productos de nuestro trabajo ocasionan importantes gastos de almacenaje y custodia, que sólo retardan su destrucción paulatina, sin impedirla, el poseedor de la moneda está libre de toda pérdida por la naturaleza de la materia monetaria.  Es por eso que al capitalista siempre le sobra tiempo para operar. Mientras él no tiene ningún apuro, los poseedores de mercancías se ven en continuo apremio. Si fracasan, pues, las negociaciones por el precio, el daño originado repercute exclusivamente sobre el poseedor de la mercancía, y en última instancia, también sobre el obrero. El capitalista aprovecha tal circunstancia para presionar al obrero obligándolo a vender su fuerza de trabajo a menor precio.

Gesell hoy

La crisis actual, que ha sufrido varias interpretaciones, casi todas pesimistas, es resultado de ajustar hasta el exceso las tuercas del modelo vigente.

Desde que Gesell formuló sus ideas hace más de un siglo las cosas han cambiado mucho, en general para empeorar debido a dosis crecientes de la misma medicina.

Keynes pronosticó que el futuro aprendería mucho de Gesell. En estos tiempos revueltos para, combatir de deflación el problema global acuciante de la inflación, algunos gobiernos están aplicando el "interés negativo", están haciendo que el dinero pierda valor con el tiempo, se "oxide" tomando inorgánicamente, solo como paliativo, una de las ideas de Gesell.

Y un economista de moda, el francés Thomas Piketty, deja entrever que hay que aplicar un impuesto progresivo a la acumulación de capital.

Gesell propuso instrumentos de ahorro dirigidos a la producción, no a la especulación. Por esa vía descubrió la macroeconomía.

El dinero

Para Gesell el dinero tiene una sola función: medio de cambio, porque carece de valor intrínseco y por eso no debe servir para atesorar ni debe ser premiado con el interés por no usarlo.

Dos funciones reunidas en el dinero: pago y ahorro, deben ser disociadas y por otra parte no se lo debe excluir del destino común de todas las cosas materiales de desgastarse con el tiempo; no debe tener ningún privilegio sustancial sobre las demás cosas.

A diferencia de la escuela monetarista no considera al dinero una mercadería con valor propio y por lo tanto sujeta a la ley de la oferta y la demanda y lo reduce a un medio de pago que no debe permanecer inmovilizado

El dinero atesorado, retirado de la circulación, se sustrae de la producción y del consumo con la finalidad de obtener renta sin trabajar. En estas condiciones, no debería ser premiado con intereses sino castigado con descuentos.

El dinero recupera su función de medio de pago, necesario para facilitar la producción y el consumo, pero no un fin en sí mismo.

El capitalismo liberal atribuyó al dinero un valor intrínseco y en consecuencia legitimó el interés.

Pero ese dinero sobrante, que no circula, es necesario para la especulación y con ese fin es usado por el capital financiero.

Si la moneda tiene valor intrínseco, como afirma el liberalismo, se justifica el interés a pesar de la tradicional condenación filosófica y religiosa de la usura; pero si no tiene valor intrínseco, como afirma Gesell, el interés no se justifica.

El interés como causa de inflación obtiene poco interés de la teoría liberal, que trata de mantener oculto ese aspecto porque el costo se incorpora al precio y termina siendo pagado por todos y no solo por el tomador del préstamo.

De la Redacción de AIM.

dinero John Maynard Keynes Silvio Gesell teoria de la ocupación

Artículos Relacionados

Teclas de acceso