La Justicia accedió a nuevas imágenes que revelan que el acusado sabía manipular el arma que utilizó en el ataque; se sumó el testimonio de un militante que dijo verlo mover la corredera de la pistola, luego de que el primer disparo no saliera
Un video hallado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en la tarjeta de memoria del celular de Fernando Sabag Montiel muestra en primer plano a un hombre, que para los investigadores es el detenido, manipular la corredera del arma, tirarla hacia atrás en el movimiento para cargar un proyectil, y gatillar al vacío.
La Justicia incorporó este video al expediente por el atentado contra la vicepresidenta, lo que para los investigadores demuestra que sabía utilizar la pistola con la que perpetró el atentado, informaron hoy fuentes del caso.
El atacante de Cristina Kirchner usó una pistola Bersa semiautomática de acción simple, calibre .32 (7,65mm Browning), modelo Lusber 84. Gatilló dos veces apuntando a la cara de la Vicepresidente de la Nación pero el disparo no salió.
El joven de 35 años, de origen brasileño, tenía la pistola Bersa hacía un año en su domicilio de San Martín. Guardaba junto a ella dos cajas de 50 municiones cada una, compatibles con el calibre del arma que colocó a pocos centímetros de la cabeza de la Vicepresidenta.
Uno de los interrogantes planteados en el expediente que instruye la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo era si tuvo la intención real de asesinar a Cristina Kirchner. Después de gatillar dos veces, el disparo nunca salió. Esa circunstancia inauguró una serie de planteos alrededor de la manipulación de la pistola y el conocimiento sobre su funcionamiento.
Los informantes explicaron que la jueza federal que instruye la causa, "está trabajando en el procesamiento" del imputado y de su novia, Brenda Uliarte, por el intento de magnicidio de la vicepresidenta. En ese marco, se encuentra trabajando "permanentemente online con la PSA y la Fiscalía a cargo de Carlos Rívolo", dijeron.
También trascendió en las últimas horas que un militante que estaba cerca del lugar de los hechos la noche del atentado vio que, segundos después del fallido atentado, el acusado intentó mover la corredera de la pistola Bersa, con la presunta intención de tratar de volver a accionarla.
Este dato permitiría a la acusación evitar que la defensa pretenda que el delito de tentativa de homicidio quede impune por la presunta imposibilidad de la comisión del delito.