La secretaria de Género de la Central de Trabajadores de los Argentinos (CTA) Paraná, Carolina Heis, afirmó a AIM que luchan para que en los sindicatos se logre la equidad en los cargos de conducción y para que las unidades laborales estén libres e violencia de género. “La deuda es con nosotras; con las mujeres trabajadoras y la disidencia”, aseguró.
Hay desafíos estructurales que enfrentan las mujeres y la diversidad. Las pugnas se dan en la plaza y la casa. Así, las mujeres van rompiendo techos que el patriarcado le puso, arrancando derechos y recuperando espacios.
Cientos de lugares hay, entre ellos los gremios. Los sindicatos, como mayor ámbito de representación de los trabajadores. En ese eslabón trascendental de la democracia aún hay desigualdad e inequidad, por lo que “luchamos para que haya paridad en la representación en los lugares de conducción de los sindicatos”, contó a esta Agencia Heis.
“Llegamos a lugares estratégicos, pero aún nos falta y no estamos dispuestas a renunciar a esa lucha, porque el gremio nos representa a todes y las mujeres y la disidencia tenemos el desafío de conducir esas estructuras para poder llevar la pluralidad de voces”, aseguró.
Además, “como trabajadoras, muchas veces la violencia se da en el ámbito laboral y la compañera queda sin trabajo o se la cambia de lugar”, por lo que plantean que necesitan que se ratifique el convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “que es una herramienta para seguir luchando contra la violencia y el acoso en los lugares de trabajo”.
En ese marco, contó que uno de los temas que más aqueja en este contexto social y político es la feminización de la pobreza: “Las mujeres somos sostén de hogar, por lo que crecieron los merenderos que son gestados y sostenidos por mujeres, quienes pudieron organizarse en su barrio y generaron estos espacios contenidas desde las organizaciones sociales”. Esos trabajos, “deben ser reconocidos por el Estado, por lo que ahora las mujeres se están empoderando y nucleándose en un sindicato de la economía social, que es aquel empleo no reconocido, no remunerado, y marginado hoy por el Estado”.
El patriarcado y el capitalismo, pesadas herencias
Por otro lado, “no estamos exentas al alto índice de femicidios y, lamentablemente, las cifras exponen diariamente la grave situación en la que nos encontramos”, por lo que se reclaman políticas de Estado concretas.
También, exigen que “el aborto legal, seguro y gratuito sea Ley, porque es un derecho; queremos educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”.