A último momento Sebastián Clérici y Nicolás Serafini comunicaron que no podían asistir a la comisión y, al igual que Héctor Marchi, serán convocados para la próxima semana. Además, el FdT votó traer a declarar por la fuerza pública a Aldo Tonón. Incorporaron a una jueza federal como testigo.
Con picos de alta tensión por momentos, la Comisión de Juicio Político de Diputados llevó a cabo este miércoles la décimo segunda reunión en el marco de la investigación de irregularidades en el manejo de la Obra Social del Poder Judicial.
La jornada comenzó pasadas las 15 con el fin de escuchar a tres de los cinco testigos que habían sido convocados: Andrés Sacchi, quien firmaba balances de la obra social el director de Informática de la Corte Suprema; María Bettina Bonuccelli, de la secretaría privada del juez Juan Carlos Maqueda y Valeria Díaz, damnificada por la obra social.
En tanto, el secretario letrado de la Corte, Sebastián Clérici, según explicó la titular de la comisión, Carolina Gaillard: “Justifica su no comparecencia con una nota y pide reprogramar su audiencia”. Mientras que el contador público Nicolás Serafini “de igual modo pide reprogramar su declaración para a la audiencia de la próxima semana”.
Otro de los testigos ausentes que pidió que su testimonio se reprogramara fue el exadministrador de la Corte Suprema, Héctor Marchi, ya que fue convocado para este mismo miércoles por el juez federal Ariel Lijo, para declarar en la causa por irregularidades en la obra social del Poder Judicial.
Dicha ausencia, provocó un picante cruce entre el titular de la CC-ARI, Juan Manuel López, y el oficialista Rodolfo Tailhade. López denunció que “Marchi vino a decir acá algunas cosas que por lo menos son falso testimonio cuando no autoincriminación o incriminación de su jefe político”, y acusó que “el juez Lijo es gran amigo del FdT”. Al respecto, el diputado kirchnerista lo acusó de ir “al despacho del juez Rosatti a pedirle por la cabeza de Marchi”.
También hubo una fuerte discusión previo a que el oficialismo aprobara pedir a la AFIP más información sobre una sociedad de Silvio Robles. Además, se incorporó como testigo a la jueza federal Martina Forns.
Por otro lado, el oficialismo votó traer a declarar por la fuerza pública al exdirector de la Obra Social del Poder Judicial, Aldo Tonón, tal como había anticipado parlamentario.com, ya que por tercera vez consecutiva no compareció.
Primer testigo de la jornada, Andrés Alberto Sacchi, director de Sistemas de la Corte Suprema, aclaró que “la obra social tiene su propia área de sistemas”, pero en abril de 2021 se lo incluyó a él en una comisión -mediante una acordada-, integrada también por Héctor Marchi y Aldo Tonón. Esa comisión tuvo como objetivo “hacer una colaboración para lo que era la informatización de la obra social”, dijo.
A su vez, “se creó un grupo de trabajo que estaba conformado por personal técnico-administrativo de la Corte y de la obra social”, detalló y contó que “el objetivo de corto plazo, como estábamos en pandemia, fue mejorar la web” ya que “estaba desactualizada, con falta de información, era bastante antigua y no se adaptaba a dispositivos móviles”, ni tampoco se podían sacar turnos online.
El funcionario a cargo del sistema informático del máximo tribunal desde 2016 apuntó que desde esa comisión “no se hizo una investigación del software existente. Lo que se planteó desde un momento inicial fue informatizar, porque lo que existía era un software antiguo o que por lo menos no cubría las necesidades”.
“Los softwares antiguos son más vulnerables que los actuales”, afirmó y al responder una pregunta de la diputada Mara Brawer (FdT) expresó: “No sé en qué tecnología estaba hecho, lo que sí me informaron es que era anterior a Windows”. “Nosotros dejamos a disposición de la obra social un proyecto para llamado a licitación, pero después de eso desconozco cómo continuó”, señaló.
En otro tramo del extenso interrogatorio, Sacchi confirmó la existencia del mail que el juez Juan Carlos Maqueda le envió a sus pares avisándoles que abandonaba la supervisión de la obra social. “De manera directa en el ejercicio de mi función lo vi”, aseguró ante la consulta de la diputada Paula Oliveto (CC-ARI) y reveló que Maqueda le reenvió el mail a él y a Marchi “por el trabajo que habíamos hecho” desde esa comisión.
Por otro lado, el director de Sistemas de la Corte confirmó que en la inundación que afectó el despacho de Silvio Robles -durante la feria judicial- una computadora resultó “afectada”. “La llevamos a sistemas para hacer un estudio de la misma”, relató y mencionó que “partes vitales de la computadora, como el disco rígido, no fueron afectados”. Sacchi insistió en aclarar que más allá del reemplazo de algunas piezas, “se devolvió la computadora tal cual como nos la habíamos llevado”.
Luego fue el turno de la secretaría privada del juez Juan Carlos Maqueda, María Bettina Bonucelli, quien ingresó a trabajar a la Corte en septiembre del 2002, pero en diciembre de 2005 la convocó Maqueda a “ser parte de su vocalía”. “Desde el 2013 hasta la actualidad soy subsecretaria administrativa producto de una corrida en la Corte por Marta Herrera Alem que pasó a desempeñarse como directora en la Obra Social del Poder Judicial”, contó ante la pregunta de la diputada Vanesa Siley (FdT).
“La mayor parte del trabajo se lo dedicamos al movimiento de expedientes judiciales y administrativos. En lo que va del año se recibieron 3.500 causas judiciales y se les dio salida a 2.500”, comentó y sumó: “Si recibíamos algún llamo o recibíamos a algún afiliado con algún problema o alguna queja”.
Al respecto, la funcionaria remarcó que “detrás de una queja o de un pedido de ayuda había una persona que estaba pasando por una situación de salud crítica, nadie venía porque tenía un resfriado. Todos quedábamos movilizados ante esas situaciones, era difícil”.
“Nosotros los escuchábamos y los orientábamos… los magistrados tenían recursos para estas situaciones. Eran más que nada empleados”, resaltó Bonucelli y agregó que “eventualmente se llamaba a la Obra Social porque había casos donde la urgencia era tal que había que llamar”.
La testigo afirmó que los reclamos “no se dejaban en ningún acta, ni informe”, pero remarcó que sí mantenían al tanto de la situación a Maqueda. “No se le contaba en el momento justo, pero si se lo mantenía al tanto de todo”, subrayó.
Al respecto, Siley consultó si Maqueda les daba “algunas instrucciones” ante dichos reclamos, a lo que la secretaria contó: “A veces sí, a veces no. Otras veces se lo comentaba a Tonón”.
“Yo llamaba a la dirección de Tonón y ellos resolvían los problemas, yo les pedía que se comuniquen con el afiliado para que sepan en qué situación estaban sus trámites”, relató y lanzó ante la pregunta de Ocaña que “desde el 2019 para la fecha, toda la pandemia, Tonón no vino a la oficina, y anteriormente habrá venido dos o tres veces al año, eso de todas las semanas no es así”.
Última testigo la afiliada a la Ospjn Valeria Díaz quien relató que tuvo problemas con la prestadora al rechazarle el pedido para la fertilización asistida: “Yo tenía la necesidad y las ganas de ser mamá, y la Obra Social seguía rechazándome por diferentes motivos, cuando había una ley nacional que decía que debía cumplir con esa prestación”.
“Empecé con muchas notas presentadas a la obra social, las cuales fueron rechazadas con el mismo argumento de que la donación no estaba regulada por el Ministerio de Salud. Envié una carta documento y también fue rechazada. Con un compañero que es abogado y con el sindicato al presentar un recurso jerárquico ante la Corte, pero lo único que hizo fue pedir informes al Ministerio para saber cuáles eran los centros dentro de la ley”, precisó.
“Al no tener respuesta empapelamos todas las paredes del Palacio de Justicia diciendo que la obra social no cumplía. Hicimos notas periodísticas para visibilizar todo. Después de eso me habilitaron, pero tardaron ocho meses”, agregó a su relato.
Además, sostuvo que “el Dr. Tonón me dijo si estaba segura de lo que iba a hacer porque era totalmente antinatural, y que él no veía lo que podía pasar si autorizaba el tema de los gametos; obviamente me dejó pensando en si estaba bien o mal lo que hacía”.