La situación de precariedad de los colaboradores free lance que trabajan en medios de comunicación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) genera una enorme preocupación. Así lo muestra el relevamiento online, al que tuvo acceso AIM, realizado durante agosto de este año a más de 300 trabajadores y trabajadoras free lance.
El informe, al que accedió AIM, establece que la cuestión salarial es alarmante: el 94 por ciento de las y los free lance encuestados cobra por debajo de la línea de pobreza de 31.908,33 pesos establecida por el Indec según la canasta básica total de mayo para un hogar tipo de cinco integrantes. Un 62 por ciento del total de las y los consultados declaró facturar menos de 10.000 pesos mensuales y un 17 por ciento entre 10.000 y 14.000. Así, los trabajadores de prensa precarios, y los más de 4500 puestos perdidos engrosan las filas de 35,4 por ciento de la población argentina bajo la línea de pobreza, según el informe del Indec para el primer semestre de 2019.
Dando cuenta de la dificultad para satisfacer las necesidades básicas con los escasos montos percibidos, ocho de cada diez trabajadoras y trabajadores free lance declararon colaborar para entre uno y tres medios y el 11 por ciento entre de las y los encuestados afirmó trabajar para entre cuatro y cinco; en este sentido el 58 por ciento afirmó trabajar además en otro rubro porque lo que gana en prensa no le alcanza para vivir.
Otros resultados contundentes fueron que el 61 por ciento cobra lo que la empresa decide de manera unilateral y no fruto de una evaluación del trabajo o una negociación; un 83 por ciento que no percibe pagos por viáticos o logística y un 94 por ciento que tampoco por ningún otro ítem más que el del trabajo realizado.
Con un promedio de edad de 39 años y una mayoría perteneciente al género femenino (55 por ciento), lo observado en esta encuesta free lance concuerda con resultados de otros relevamientos previos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), que concluyeron que las mujeres son mayoría en los puestos más precarizados, al tiempo que están casi ausentes en los cargos jerárquicos (menos del 15 por ciento). Esto representa, a su vez, una marcada brecha salarial entre mujeres y varones.
En materia de género se observa un sesgo binario en la contratación de free lance, ya que sólo el uno por ciento de trabajadoras se autopercibe dentro de identidades disidentes.
En el área audiovisual y de fotografía, nueve de cada diez aseguró utilizar equipos propios y 62 por ciento afrontar el pago del mantenimiento.
Entre los comentarios y sugerencias predomina la preocupación por la continuidad, inestabilidad económica y laboral. Las demandas por la actualización salarial que muchas veces no acompaña a la ya de por sí magra paritaria, así como también un tarifario de colaboraciones
Este sondeo viene a poner en números una realidad que se verifica en todas las empresas: la tercerización precaria, generalizada y que se agrava en el contexto de recesión e inflación creciente de los últimos años.