Comenzó en el parque termal "Daniel Tisocco" de Chajarí la construcción de malocas, casas comunales usadas por los guaraníes, que fueron los primeros habitantes de la provincia.
Las malocas buscan generar un atractivo que permita narrar la historia y la cultura de los primeros habitantes de nuestro espacio.
Se están construyendo junto al área natural protegida y al Centro de Interpretación de la Naturaleza, con la finalidad de narrar a los visitantes aspectos de la historia, la cultura y el hábitat de la gran nación guaraní.
La integrante de la dirección municipal de Turismo, Patricia Capovila, dijo que se busca construir algo que represente a las casas comunales guaraníes, la cual tenía a la solidaridad y la cooperación como principio vertebral de su cultura
Como hicieron los guaraníes, estas construcciones se hacen usando los recursos que hay en el espacio, por lo cual las malocas están construidas con barro, estructura de madera de la zona y techo de paja.
Las viviendas también formarán parte del recorrido guiado por los senderos de la reserva, donde los guías aportarán datos sobre las características de las mismas para información de los visitantes.
La maloca guaraní, de unos cincuenta metros de largo, tenía armazón de tronco y estaba techada con ramas y hojas de palmeras. Podía albergar hasta 200 personas perteneciente a varias familias emparentadas entre sí que formaba un mismo linaje o Tevy.
Las aldeas solían concentrar hasta 1000 personas y su cacique se denominaba Tuvichá. Para ganarse el derecho de representar a toda la Tekoa (aldea), el tuvichá debía reunir tres condiciones: ser el más valiente, el más generoso y el más orador de la comunidad.
Las tekoas estaban rodeadas por empalizadas dobles y, a veces, fosos disimulados. Protegidas por estas defensas, se levantaban entre cuatro y ocho casas comunales o malocas, distribuidas alrededor de una amplia plaza donde transcurría la vida social de los guaraníes.