Este martes se llevó adelante una importante manifestación en la capital provincial. Una nutrida columna marchó por las calles del centro expresando su rechazo a la instalación de un sistema intensivo chino para la producción para carne de cerdo en nuestro país. “Estas factorías traería consecuencias sociales, económicas y ambientales”, apuntó a AIM la dirigente Nadia Bugos, que integra la Red de Lucha por la Biodiversidad.
Acciones contra el acuerdo porcino con China tuvieron lugar en distintos puntos del país y en Paraná contó con su réplica “no al modelo de agronegocio impulsado por el Consejo Agroindustrial Argentino” y “transición inmediata hacia un modelo justo, soberano y sostenible de producción de alimentos agroecológicos”, eran una de las consignas convocantes por red de organizaciones sociales, políticas y ambientales que invitó a marcha en Paraná. “Nos oponemos al acuerdo que plantea Felipe Solá con China para convertir a nuestro país en una factoría de cerdos. Una acuerdo que se produce porque China necesita exportar una manera de producir”, y que el año pasado le significó una importante pérdida la crisis que la Peste Porcina Africana (PPA), señaló Burgos a esta Agencia. “Es una fiebre altamente contagiosa y que tiene posibilidades de transmisión a los seres humanos, que podría tranquilamente producto de una nueva pandemia. Es por eso que en la Argentina, en diferentes puntos del país, hubo movilizaciones, para rechazar este acuerdo”, planteó.
La marcha se desplazó de Plaza 1º de Mayo hasta Casa de Gobierno, donde hubo un micrófono abierto. “Estas factorías traería consecuencias sociales, económicas y ambientales. Porque este tipo de emprendimiento de producir cerdos en el método tipo feet lot, no emplea de manera estable a trabajadores, sino que lo hace forma precarizada, casi esclava”, alertó la integrante de la Red Ecosocialista del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST).
En el comunicado de difusión, también se afirmó: “Este modelo de maldesarrollo es la causa de las múltiples crisis que estamos atravesando; acentúa la desigualdad y la pobreza, viola los derechos humanos y de la naturaleza, y nos obliga a tomar acción ciudadana frente a la complicidad de los gobiernos que benefician con sus políticas a este sistema extractivista que, contra toda evidencia empírica, se insiste en profundizar. La resistencia ciudadana frente a la injusticia del poder, es nuestro derecho. Actuar en defensa de la vida, es nuestro deber”.