Organizaciones que integran la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep) indicaron a AIM que subió la demanda en comedores y merenderos y se redujo la asistencia del Estado, ya que las partidas están congeladas.
El desempleo producto de la crisis económica junto al paro que se generó a partir de la cuarentena obligatoria dispuesta por el Estado para evitar la propagación del Covid-19 y la consecuente saturación del sistema sanitario hicieron que “la gente concurra mucho más a los comedores y merenderos”, contaron a esta Agencia. Además, en este complejo escenario “bajó mucho la asistencia del Estado, ya que las partidas que gira los gobiernos se sostuvieron pero se incrementó la demanda”.
En ese sentido, precisaron que desde el movimiento “decidieron acompañar y abastecer a los compañeros para que puedan cocinar entra cuatro o cinco veces por semana en vez de una o dos, ya que la situación es muy complicada y la gente tiene hambre”. Al respecto, subrayaron que “hoy hay partidas de alimentos secos (fideo, arroz, etc) pero no de húmedos (verduras y carne), por lo que hace falta que el gobierno refuerce las partidas”.
Además, contaron que “hay problemas con los suministros de higiene y profilaxis para administrar a comedores, merenderos y personas que asistimos externamente”, por lo que un grupo de costureras organizadas comenzaron a fabricar barbijos para poder atender la demanda.
Kloster: “El hambre no espera”
El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) tiene en siete barrios de la capital provincial merenderos, comedores y olla popular. “El problema es que las porciones y copas de leche son cada vez más, es decir, aumentó la cantidad de vecinos que necesitan asistencia y todo esto se sigue haciendo con los mismos recursos que teníamos antes de la emergencia sanitaria y al problema de la alimentación se suma la falta de agua potable en algunos barrios populares”, contó a esta Agencia Evelín Kloster, integrante del MTE.
“Venimos arrastrando una emergencia alimentaria y a eso se sumó las acciones estatales para contener la pandemia, es decir, emergencia sanitaria, que implicó que muchos compañeros quienes viven en barrios populares y de la economía popular no pueden salir a laburar y, consecuentemente, parar la olla, por lo que hoy asisten a comedores, copas de leche y merenderos”, detalló la militante social.
En ese marco, apuntó que se necesita un refuerzo para poder responder a la demanda: “Entendemos que el Estado nacional tomó medidas, pero precisamos actualizar las partidas y respuestas más rápidas y eficientes, no solo del gobierno nacional sino, también, del provincial y el municipal, porque nosotros ponemos el cuerpo pero no nos da para atender toda la demanda”.
“Es importante la solidaridad y siempre la muestra los trabajadores y trabajadoras de la economía social quienes, sobre todo en crisis, ayudan a parar la olla para que a ninguna familia ni pibe le falte una taza de leche y un plato de comida. Pero más allá del esfuerzo de las compañeras debe haber una definición política por parte de los funcionarios y las funcionarias, porque el hambre no espera”.