El ministro de Economía, Martín Guzmán, expuso este martes en Diputados el proyecto de ley de Presupuesto 2020, del Ejecutivo. En ese sentido, explicó que la iniciativa tiene como base “la recuperación de la actividad económica y la sostenibilidad fiscal”. La semana próxima seguirá la discusión en comisión.
En el marco de la reunión, sostuvo que el proyecto es “otro paso fundamental para estabilizar la economía argentina y devolverla a un sendero de crecimiento inclusivo y estable”, aunque aclaró que “hay que mantener la flexibilidad por si la pandemia se extiende más allá de lo que se presupone”.
Guzmán expuso los principales lineamientos de la “ley de leyes” desde el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados, acompañado por los secretarios de Hacienda, Raúl Rigo, y de Finanzas, Diego Bastourre. El encuentro fue encabezado por el presidente de la Cámara, Sergio Massa, y contó con la presencia de jefes de bloque, mientras que los integrantes de la Comisión de Presupuesto y Hacienda participaron de la reunión por videoconferencia.
El titular de la comisión, Carlos Heller (Frente de Todos), dispuso un cuarto intermedio hasta el martes próximo, cuando se retomará la discusión con la presencia de funcionarios de la cartera económica. De todos modos, y a diferencia de años anteriores, los diputados tuvieron la oportunidad de formularle preguntas a Guzmán.
Principales lineamientos
Guzmán explicó, ayudado por filminas, que uno de los principios del Presupuesto es que “no hay estabilización macroeconómica posible sin una recuperación de la actividad económica, y en un contexto de recesión como el que estamos viviendo, esto requiere que el Estado juegue un rol activo, central, e impulsar políticas en pos de la recuperación que generen más dinamismo de la demanda agregada y condiciones para el sector privado”.
La segunda base sobre la que se asienta el proyecto, indicó, es que “la sostenibilidad fiscal es una condición necesaria para una economía tranquila”.
El ministro recordó que se prevé un déficit fiscal primario del 4,5 por ciento del Producto. “Este es un nivel que consideramos adecuado en el contexto de las restricciones que enfrentamos para apuntar a una recuperación sostenible y fortalecer la inversión pública en áreas estratégicas; y es compatible con transitar hacia un sendero de estabilidad”, precisó.
En tanto, informó que el financiamiento provendrá en un 40 por ciento de la deuda pública, y en un 60 por ciento del Banco Central. “No es el mix óptimo, pero es el factible. Lo óptimo sería depender menos del financiamiento monetario en estas condiciones, pero queremos hacer un Presupuesto sobre la base del realismo”, dijo.
Además, aclaró que “estamos en una pandemia y hay que mantener la flexibilidad por si la pandemia se extiende más allá de lo que se presupone”.
“Hemos construido un escenario sobre la base de supuestos realistas, prudentes”, destacó Guzmán, y enumeró algunas de las proyecciones: un crecimiento del 5,5 por ciento del Producto; un crecimiento del consumo privado también del 5,5 por ciento, y del dos por ciento del consumo público; un incremento del 10,2 en las exportaciones y del 16,3 por ciento en las importaciones; y una inflación interanual del 29 por ciento.
Como “pilares” del Presupuesto, el ministro enumeró “la infraestructura productiva y vivienda; innovación y desarrollo; salud pública; educación y conectividad; inclusión social activa; y género y diversidad”. En el caso del primero, consideró que “juega un rol central” y en ese sentido destacó que la inversión de capital pasará del 1,1 por ciento en 2019 al 2,2 por ciento en 2021.
En cuanto a la salud pública, resaltó también que en 2019 se proyectó una inversión del 0,33 por ciento del Producto, mientras que para el año próximo se prevé que esa cifra ascienda al 0,53, “incluyendo la vacuna” contra el Covid-19.
La pandemia y la crisis preexistente
Ante los diputados, Guzmán advirtió que “la economía estaba muy lastimada cuando asumimos el Gobierno y la pandemia la golpeó aún más”, y eso “requiere ir sanando las heridas que tiene”, como por ejemplo “la debilidad en el frente de las reservas internacionales” dada la “inestabilidad cambiaria muy fuerte desde abril de 2018, con tres corridas cambiarias”.
Además, alertó: “Estamos teniendo que lidiar con los efectos de lo que fue el proceso que favoreció la especulación financiera en los años previos; una política monetaria y financiera que favoreció el ingreso de capitales especulativos”.
Una parte de esos capitales, analizó Guzmán, “quedaron atrapados en Argentina, intentan salir, generan ruido y fuerzan a la economía a defenderse, y hacen que tengamos que tener controles de capitales sustancialmente más extendidos que los que idealmente se quisieran tener”.
A su vez, mencionó que Argentina tiene “una historia de déficits fiscales preexistentes y limitada capacidad de financiamiento para objetivos contra-cíclicos”. “Accedemos a financiamiento externo y después lo perdemos, nos cuesta desarrollar capacidad de financiarnos en nuestra propia moneda y caemos situaciones donde terminamos dependiendo estructuralmente del financiamiento externo”, evaluó.
Por otra parte, el funcionario observó que “el mundo está viviendo una pandemia que no tiene precedentes en el sistema capitalista” y que le propinó “un golpe fortísimo a la economía argentina, que ya estaba viviendo una profunda crisis macroeconómica”.
Al describir el panorama actual, señaló que el 35,5 por ciento de la población se encuentra en situación de pobreza y más de la mitad de los niños son pobres; el ocho por ciento padece indigencia; y uno de cada diez argentinos que busca empleo no lo consigue.
En este contexto, dijo que los objetivos del Gobierno para el desarrollo son “la inclusión, el dinamismo productivo, la estabilidad macroeconómica, el federalismo y la soberanía”.
Hacia el final de su exposición, pidió a los diputados un debate “civilizado, serio y responsable” del Presupuesto. “La grieta cuesta. La discusión incivilizada sobre la base de la grieta tiene un costo económico, un costo para la vida de la gente”, cerró.