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Sartelli: “Si se quiere planificar y organizar un país hay que tener un gobierno que piense en la masa de la población y no en cinco avivados"

El doctor en historia, profesor titular de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Nacional de La Plata (Unlp) y director del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (Ceics), Eduardo Sartelli, presentó en Entre Ríos el libro Argentina 2050, “que propone un Estado productivo y eficiente, que planifique la economía y reproduzca la estrategia de quienes tuvieron éxito”, contó a AIM.

El docente contó a esta Agencia que Argentina 2050 “analiza cuál es la salida a la crisis, que tenga como virtud no tirar el bebé con el agua sucia”. En ese marco, criticó los modelos económicos que proponen las alianzas electorales hegemónicas como el Frente de Todos y Cambiemos y las de la derecha reaccionaria como la que encarna La Libertad Avanza. En ese sentido, adelantó el programa de Vía socialista, donde corre el eje de la discusión y plantea -en contraposición a las discusiones actuales- un Estado productivo y eficiente, que planifique la economía y reproduzca la estrategia de quienes tuvieron éxito.

Precisamente, para Sartelli “la economía kirchnerista-peronista carece de toda capacidad de transformación productiva y, en el mejor de los casos, es asistencialismo para que las masas se queden quietas y una utilización de los excedentes de los sectores agrarios para sostener una industria ineficaz”.

“Mientras haya excedentes agrarios (cuando los precios son elevados) o cuando eso se sustituye con endeudamiento barato a gran escala (como sucedió con Mauricio Macri) Argentina parece entrar en un ciclo de crecimiento y cuando esas posibilidades se agotan porque los precios internacionales de los commodities bajan o porque la posibilidad de endeudarse se acaba el país se desploma porque, en realidad, no está creciendo sobre la base de una capacidad productiva expandida sino que lo hace sobre la base de gastar más a costa de futuro, hipotecando el país con deuda o desperdiciando los recursos que ingresan cuando hay un aumento de precios cuando el país exporta”. Esa economía “no es una solución, sino una perpetuación de la crisis, por eso Argentina se degrada cada vez más y por eso, tarde o temprano, la se hace todo cada vez peor o se arruina”, dijo.

Al respecto, explicó que hay dos soluciones inválidas: “La que recorta y ajusta, sin importar cuántos quedan afuera; y la del ‘festejemos mientras podamos’”. La propuesta liberal "consiste en tirar el bebé con el agua sucia, es decir, dejar solamente las industrias que puedan competir en el mercado mundial y las que no se fundirán, eso es lo que dicen cuando afirman que hay que eliminar la sustitución de importaciones y que solo hay que producir lo que se puede e importar el resto. Así se presenta el problema de que de las industrias que tienen capacidad para competir en el marcado mundial su posibilidad de generar empleo es limitada y ya tiene un techo”.

“Cuando el principal producto es agrario se puede producir ventajosamente como ocurre con La Pampa, pero cuando alcanza la extensión máxima de plantación no hay nada que agregarle; en productos agropecuarios hay un freno anterior que es la disponibilidad de tierras”. A ese problema se agrega que “las producciones económicas como el agro e industrias como Arcor, Techint o la producción de software no dan para más que un país de 15 o 20 millones de habitantes y tenemos uno con 50 millones de habitantes”.

En 1910 “se podía ser un país holgado económicamente con 20 millones de vacas y 40 millones de toneladas de cereal pero en la actualidad no se puede tener esa solvencia con más o menos lo mismo y 50 millones de habitantes”, afirmó.

“Acá si no se dan planes sociales, no se subsidia a nadie y se recorta por todos lados, tarde o temprano te encontrarás con que te sobran 20 o 30 millones de habitantes, lo que es una fórmula económica inviable y sin sentido que explotará socialmente, ya que la gente no se aguantará semejante cosa. Además, es una promesa al vacío donde dicen ‘tírate al abismo’ que los capitalistas después van a venir a invertir pero esa promesa de ‘lluvia de inversiones’ ya la vimos”, apuntó el doctor en historia.
La otra propuesta “es ‘festejemos mientras podamos’; que dice que ‘sobra la mitad del país’ y decide cortarlo y tirar del reno”.

Rol del Estado
Ante ese escenario, para el investigador, “hay que pensar a revés; el problema no es el tamaño del Estado, la inflación o la desocupación”.
“El problema no es el tamaño del Estado sino en qué se gasta; la economía argentina viene barranca abajo desde 1950 y en esa década el Estado era notablemente más chico que en la actualidad. El Estado chino es inmenso y es la segunda economía del mundo. El tamaño del Estado no dice nada, sino que el problema es qué hace el Estado”, dijo Sartelli, quien precisó: “el Estado Argentino subsidia a los capitales locales (a la burguesía parásita) y empresarios ineficientes, quienes gastan los subsidios fugando el dinero y creando pseudos empresas subvencionadas que estafan y que no llevan a ningún lado”.
“Acá se subsidia a burgueses que son ineficientes, piratas y sinvergüenzas (como Lázaro Báez o Nicolás Caputo, entre otros) que nosotros los llamamos la ‘burguesía choriplanera’, quienes viven de subsidios del Estado. Entonces ese Estado que socializa las pérdidas y privatiza las ganancias no es el que queremos”.

Un nuevo Estado
Ante ese escenario Vía socialista “propone pensar al revés, es decir, proponemos un plan de 30 años (no quiere decir que recién estaremos bien en 2050 sino que estaremos progresivamente mejor a medida que avancemos y en esa fecha estaremos muy bien)”, adelantó el docente.

En ese marco, la idea “es un Estado más grande, que sea productivo (no subsidiador), es decir, que produzca a través de una planificación estratégica”.

“Queremos que produzca en ramas más complejas (que ahí hay mejores salarios), no queremos un Estado que tenga criaderos de chanchos, porque con eso no vamos a ningún lado. Queremos un Estado que invierta en tecnología; en las telecomunicaciones, industria nuclear o alta tecnología, la industria petrolera. Queremos que el Estado ocupe esas ramas elevadas, donde se pagan los mejores salarios”, aseguró.

Por otro lado, “hay una coyuntura que atender, en el país hay un millón y medio de desocupados formales y, muchos más, escondidos como empleados del Estado y otras cosas. Para los políticos burgueses -quienes defienden los intereses del capital (Macri, Milei Kirchneristas)- esas personas son ‘un cáncer’, quienes consumen y se quedan con recursos que se podrían usar para subsidiar burgueses inútiles, pero para nosotros eso no es un problema sino una solución”. Precisamente, el programa de Vía Socialista “es poner a trabajar a un millón y medio de compatriotas con condiciones de competitividad internacional destinada al mercado mundial, lo que podrían dejar de ser subsidiados por planes”. Precisamente, el millón y medio de personas “son ya empleados del Estado porque viven de planes, es decir, transformamos en empleados del Estado a todos los desocupados y muchos van a decir que son ‘choriplaneros’ pero la verdad es que hoy el Estado ya genera consumos miserables, por lo que proponemos cambiar el sentido del gasto empleándolos en forma productiva, sustituyendo cosas que se podrían exportar”. Con esa premisa “se resolverían varios problemas, porque habría más gente pagando impuestos, habría menos cargas de subsidios (porque serían trabajadores productivos) y se resolvería el problema de los dólares, porque lo que se produciría se exportaría”, aseguró.

Así el problema deja de ser el Estado o los pobres y pasa a ser la planificación: “Si se tiene un Estado productor o no. El Estado que nosotros tenemos está al servicio de los patrones, por lo que su función es regalarle a los patrones . Así, Vía Socialista propone un cambio radical donde quienes perciben subsidios pasen a ser empleados de un Estado que genere empleo, sea productivo y eficiente, que planifique la economía y reproduzca la estrategia de quienes tuvieron éxito”.

Así, precisó que “cuando se habla de libre mercado es mentira. Los grandes países del mundo tuvieron planificación en el centro de su experiencia. No se entiende el milagro japonés sin comprender el Ministerio de Industria. No se entiende Corea del Sur si no se presta atención a la planificación del Estado y de China no hay, ni siquiera, que hablar”.

El desafío es del pueblo ahora, donde debe resolver una disyuntiva trascendental: “Si se elige un gobierno que piense en los problemas de la Argentina y la clase obrara o se elige uno que piensa en la ‘burguesía choriplanera’ o la burguesía parásita del Estado que en la Argentina es casi toda”.

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