El gigante tecnológico chino Huawei ha dado un paso más allá en su lucha en los tribunales contra lo que considera un trato injusto de las autoridades estadounidenses. Dos meses después de interponer una demanda contra la ley que prohíbe a los departamentos oficiales y sus contratistas comprarle equipos, la compañía ha presentado un nuevo requerimiento legal para que se declare esa ley inconstitucional.
Huawei ha presentado ante un tribunal federal de Texas —donde tiene su sede estadounidense— lo que se conoce como una “moción para un juicio sumario”, que busca obtener la decisión de un juez sin celebrar un juicio completo, ha indicado en una rueda de prensa en Shenzhen el jefe de los servicios jurídicos de la empresa, Song Liuping.
La Ley de Autorización para la Defensa Nacional 2019, que el presidente de EE UU, Donald Trump, firmó en agosto pasado, alega cuestiones de seguridad nacional para prohibir que las agencias del Gobierno federal y sus contratistas utilicen equipos de la compañía china, al considerar que mantiene lazos sospechosos con el Gobierno en Pekín. Huawei ha negado sistemáticamente ese extremo. Según la empresa fundada por Ren Zhengfei esa ley, que también afecta a su rival china ZTE, castiga indebidamente a un grupo sin que haya habido una sentencia de culpabilidad.
Los políticos de EE UU están “usando la fuerza de todo un país para arremeter contra una empresa privada”, ha declarado Song en la rueda de prensa.
El pasado día 16, en medio de una escalada de la guerra comercial y tecnológica entre Washington y Pekín, el Gobierno estadounidense aprobó prohibir que las empresas estadounidenses puedan hacer negocios con Huawei, una medida que ha aplazado hasta el 19 de agosto.
Huawei, empresa puntera en el desarrollo de tecnología 5G y la segunda fabricante de teléfonos móviles del mundo, se ha visto en el punto de mira de Estados Unidos, que acusa a la compañía china de representar una amenaza global. Los servicios de inteligencia estadounidenses consideran que la tecnología de esta empresa puede representar un caballo de Troya en las redes de países occidentales, y que a través de sus equipos la compañía o el Gobierno chino podrán obtener datos confidenciales que pongan en peligro la seguridad. Washington ha presionado a naciones aliadas para que descarten la tecnología china en la construcción de sus redes de móvil de nueva generación.
“El Gobierno de EE UU no ha proporcionado ninguna prueba que demuestre que Huawei representa una amenaza para la seguridad. No hay nada. Solo conjeturas”, ha declarado el experto legal de la compañía.
Tras el veto de Washington a los negocios entre empresas estadounidenses y Huawei, compañías como Google o la fabricante de semiconductores británica ARM han anunciado que dejarán de suministrar sus productos a la empresa china. Operadoras de telefonía móvil en el Reino Unido y Japón han retrasado el lanzamiento de nuevos modelos de Huawei.
Para el responsable de los servicios jurídicos de Huawei, incluir a la empresa en una lista negra “sienta un precedente peligroso”. “Hoy es el sector de las telecomunicaciones y Huawei. Mañana podría ser el sector de ustedes, la compañía de ustedes, los consumidores de ustedes”, sentenció Song.