Un trágico episodio había paralizado a todo Estados Unidos, después de que una pareja y sus seis hijos adoptivos murieron en un incidente con su vehículo, tras caer por un barranco en marzo de 2018.
Sin embargo, ahora un tribunal de California determinó que lo ocurrido no se trató de un accidente, sino que estaba premeditado por ambas mujeres, Jennifer y Sarah Hart. Todos murieron instantáneamente ese 26 de marzo.
Para el jurado, la pareja había planificado este suicidio por la constante inestabilidad familiar que vivían. Además, los magistrados también confirmaron que las mujeres sedaron a sus hijos, de entre 12 y 19 años, antes de lanzarse por el precipicio.
La teniente del alguacil, Shannon Barney, señaló: "Sucedieron muchas cosas en sus vidas, hasta el punto en que tomaron esta decisión consciente de poner fin a sus vidas de esta manera y quitarles la vida a todos sus hijos".
Ellos vivían en una casa en Woodland, Washington, de donde huyeron el 23 de marzo tras una visita de los trabajadores sociales. Según el investigador de la Patrulla de Caminos de California, Jake Slates, en ese viaje a California Sarah Hart buscó información relacionada a suicidios, ahogamientos, dosis de Benadryl (sedante) y métodos de sobredosis.
Además, Jennifer Hart estaba conduciendo y tenía un alto nivel de alcohol en sangre. Los cuerpos de la pareja fueron encontrados dentro del auto, que se estrelló en un acantilado ubicado a más de 250 kilómetros al norte de San Francisco.
La situación venía muy mal desde hace un tiempo: Semanas antes, uno de los menores se había acercado a una casa vecina para pedirles comida, argumentando que la pareja los castigaba sin darles alimentos. Y cada vez comían menos.