Los pequeños productores y productoras de alimento “nos encontramos ante una situación de angustia, no sólo por la pandemia con la cual tenemos la enorme responsabilidad de continuar produciendo alimentos, sino también porque tenemos que sortear los acosos y abusos de las fuerzas de seguridad”, advirtieron a AIM desde la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT).
“Somos quienes alimentamos al pueblo frente a la cuarentena, y mientras la mayoría de la población debe permanecer en sus casas para frenar el virus, nuestra principal preocupación es cómo llegar a las quintas donde producimos, cómo compramos los insumos necesarios para seguir sembrando, cómo nos trasladamos a los almacenes de la UTT, cómo sí o sí salimos de madrugada a atender los animales o cómo compramos lo básico para nuestras familias sin tener que vivir toda clase de abusos, intimidaciones y hasta detenciones arbitrarias de las fuerzas de seguridad”, especificaron a este Medio.
Estas situaciones hoy ya son cotidianas en el cinturón hortícola de La Plata, en las cercanías de los mercados concentradores del Gran Buenos Aires, pero también en diferentes provincias. “Ayer detuvieron por varias horas a un productor de la UTT en Pedro Luro, sur de Buenos Aires, por motivos absurdos. La discrecionalidad con la que uniformados y autoridades municipales interpretan, a su antojo y con todo tipo de variantes, las disposiciones del DNU 297/2020 son inadmisibles, como lo son también los intendentes que aplican de manera unilateral el toque de queda de forma totalmente ilegal”, denunciaron.
“Aportamos organizadamente para salir de esta pandemia, cada uno en esta sociedad juega un rol clave. La mayoría tiene que quedarse en casa y colaborar desde ese lugar para que esto pase lo más rápido posible, a nosotros nos toca la tarea esencial de producir los alimentos para la población. La emergencia sanitaria implica salir a trabajar con enormes cuidados, incluso enfrentando la posibilidad del contagio. La pandemia se está convirtiendo en una excusa más para el abuso de poder del aparato represivo del Estado sobre las personas más vulnerables y laburantes, mientras que al empresario que salió a pasear en lancha lo escoltan hasta la casa”, confiaron fuentes de la organización a AIM.
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