Si bien el desarrollo de los fertilizantes biológicos tiene buena data en Europa y en las naciones donde los suelos aparecen más deteriorados que en nuestro país, en los últimos años la importancia de su utilización en el medio uruguayo ha comenzado a tomar la dimensión justa de importancia, en función de los requerimientos de los productores, de los consumidores de esa producción, “y también por la Ley de Conservación de Suelos que obliga a ser más conscientes del trabajo que se realiza en materia de fertilización”.

Así lo entiende el ingeniero Martín Henderson, director de BioTerra, unas empresas dedicada a elaborar fertilizante biológico en el marco de un constante trabajo de investigación, a fin de recomponer los suelos degradados tanto por las sucesivas cosechas como por un uso constante de agroquímicos.

Henderson explica que el nuevo compost, además de nitratos y otros productos necesarios, agrega biomasa como factor determinante. “Estamos hablando de una recomposición natural, pero acelerada al mismo tiempo. Del mismo modo que uno puede tomarse un antigripal o comer naranjas: lo primero solucionará en lo inmediato, pero lo segundo además de hacerlo reforzará las defensas naturales” y con ello evitar también la reincidencia, explica.

Henderson entiende que es factible además la sustitución paulatina de los químicos por el compost, y que ambos pueden perfectamente combinarse en determinada etapa rumbo al cambio de matriz sanitaria. “Si además tenemos en cuenta el tema de la sanidad, el compost actúa como un probiótico, reforzando las defensas de las plantas, con una respuesta más equilibrada haciéndolas menos propensas al ataque de las plagas”, señala.

Los problemas en las plantas con origen en el suelo, pueden evitarse aumentando la cantidad y diversidad de microrganismos que fortalezcan la resistencia a eventuales desequilibrios: ello también se refleja en un menor costo por aplicación de plaguicidas, pesticidas, herbicidas, e incluso en fertilizantes químicos.

Los beneficios alcanzan al consumidor final

El ingeniero Henderson, destaca también la importancia que tiene el cambio de fertilizantes químicos por biológicos, en lo que respecta a los consumidores finales. La utilización de compost, “evita el fenómeno de la sobrefertilización, en tanto está demostrado que el exceso de nitratos en los vegetales puede resultar cancerígeno para los humanos. En el caso del compost, la planta absorbe lo que necesita y esa sobredosificación se hace imposible”, detalla.

BioTerra, está desplegando actualmente una batería de productos (compost, té de compost, sustrato para almácigos, etc.) producidos en su planta de Joanicó, Canelones, atendiendo básicamente al departamento canario, así como a San José y Salto, y también a nivel minorista en Montevideo, con la intención de avanzar hacia zonas, donde se plantea como necesaria la sustitución evolutiva de la fertilización, potenciando la vitalidad del suelo por encima de otras consideraciones.