El valor de 15 cortes bovinos es, en promedio, entre un seis y 30 por ciento menos que lo que pagan los consumidores en Chile, Uruguay y Brasil, afirmó a AIM el ex presidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), Gonzalo Alvarez Maldonado, quien agregó que de 103 paises relevados por una base de datos de precios al consumidor, Argentina figura en el puesto 99 en cuanto al precio de la carne.
En diálogo con esta Agencia, Álvarez Maldonado cuestionó al Gobierno nacional, "que se empeña en hacer creer a la ciudadanía que las exportaciones del campo perjudican al mercado interno, y que además, ahora está preocupado por el precio de la carne en Argentina".
El dirigente agropecuario, también presidente de la Cooperativa General Ramirez Limitada, recordó que en un estudio reciente, de 103 países relevados por Numbeo, una base de datos mundial inicialmente de precios de consumo, que se fue extendiendo hacia otras áreas, Argentina figura en el puesto 99 en cuanto al precio de la carne. "Eso significa que es el quinto país más barato donde consumirla. Pese a que, como precisa un reciente estudio de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada), el precio del kilo de carne al mostrador incluye 29 por ciento de impuestos", fustigó.
También desmintió al Gobierno, que a través del ministro de Agricultura, Luis Basterra, aseguró que desde el Ejecutivo están trabajando "férreamente" para "generar accesibilidad de la población para el consumo" de carne, y destacó que "el problema no es el precio relativo a otros países, sino la carga impositiva, los bajos ingresos y el casi nulo valor de la moneda lo refleja el hecho de que en 2020 el consumo interno de carne vacuna, de 49,7 kilos por habitante según el último informe de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), fue el más bajo de los últimos 100 años y 2,3 por ciento menor al de 2019", el año de peor desempeño económico de la gestión de Mauricio Macri.
Inflación, gran problema
Un repaso a diversos rankings de Numbeo mostró que, más que el precio de los alimentos, el problema argentino tiene que ver con la inflación, espejo de la constante devaluación del peso argentino –que nos hace casi regalados para los consumidores de gran parte de los países del mundo, aunque ahora, por la pandemia, no puedan venir-, bajos ingresos y una altísima carga impositiva.
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