La formación de Terapistas Ocupacionales comenzó en la Argentina con la epidemia de poliomielitis en 1956. Se estableció un programa Teórico-Práctico que se llevó a cabo en el Centro Nacional de Rehabilitación del Lisiado, actual Instituto de Rehabilitación Psicofísica. En homenaje a estos profesionales de la salud se instituyó el 10 de septiembre como día del terapista ocupacional, constató AIM.
En 1959 arribó a Buenos Aires un grupo de Terapistas Ocupacionales británicas con el objeto de crear la primera escuela de esa profesión en nuestro país. La misma fue inaugurada el 20 de noviembre de 1959 y su estructura funcional, reglamentación, planes de estudio y programas, fue conformada de acuerdo a los principios básicos establecidos por la Federación Mundial de Terapistas Ocupacionales.
La carrera forma profesionales capacitados para desarrollar acciones de promoción, prevención y recuperación de la salud como integrantes de equipos inter y multidisciplinarios, en Centros de Salud, Centros de Rehabilitación, hospitales generales y especiales, Institutos de minoridad, Hogares de ancianos, Escuelas diferenciales, Gabinetes Psicopedagógicos, Casas de medio camino, Institutos penales, Talleres protegidos, ART, etc.
¿Qué es Terapia Ocupacional?
Es una disciplina de la salud, rama de la rehabilitación, que busca mejorar, mantener y/o recuperar la funcionalidad del paciente, cuya vida cotidiana ha sido afectada por razones relacionadas con problemática física, sensorial, perceptiva, cognitiva, psicológica y/o social.
La terapia ocupacional define la ocupación como “los comportamientos a través de los cuales los seres humanos, colectiva o individualmente, forman su espacio en el mundo físico, temporal y social” (Kielhofner, 1997). El Modelo de la Ocupación Humana está basado en la creencia de que la ocupación es un aspecto central de la experiencia humana. Conceptualiza al hombre como un sistema abierto que se desempeña en 3 áreas ocupacionales:
– Actividades de la vida diaria o de autocuidado (AVD), Básicas (alimentación, higiene, baño, arreglo personal y el vestido e Instrumentales (mantenimiento del hogar, manejo del dinero, manejo de la medicación, uso de transporte público o de sistemas de comunicación, preparación de comidas y la realización de compras). Lawton notó que el desempeño satisfactorio de las tareas de AVD complejas (es decir, cocinar, uso del dinero, etc.) requieren un nivel de organización neuropsicológica más alto que el requerido para el desempeño de tareas de autocuidado.
– Actividades laborales o productivas (el trabajo en si, el estudio y el voluntariado).
– Actividades de juego o esparcimiento (tiempo libre, participación en actividades de interés, hobbies, clubes, etc.).
¿Para qué sirve una evaluación desde Terapia Ocupacional?
Proporciona información sobre el nivel de funcionalidad del paciente en su medio ambiente y sobre cuáles son los componentes (motores, cognitivos, por ejemplo) que interfieren en el normal desempeño del mismo. La evaluación informa acerca de los factores que impiden el desempeño de tareas, si estas deficiencias pueden corregirse y si el paciente debe y puede aprender a realizar las tareas con estrategias y/o técnicas adaptadas, buscando facilitar la autonomía del individuo y así mejorar su calidad de vida.
¿Quiénes se benefician con Terapia Ocupacional?
Personas con Trastornos cognitivos- Alzheimer- otras demencias- Esquizofrenia- Depresión- Accidente cerebrovascular- Parkinson y otros trastornos del movimiento- Traumatismo de cráneo- Lesión medular- Parálisis cerebral- Esclerosis múltiple- Enfermedades cardio/pulmonares- Enfermedades reumatológicas- Trastornos del desarrollo- entre otras.