Desde el mes de septiembre a la fecha, cuando se acerca la temporada estival, las consultas por bulimia y anorexia aumentaron un 40 por ciento en el país y se observa un incremento en relación con los casos registrados el año pasado, informó a AIM Pilar Aguilar, médica psiquiatra y coordinadora de la parte clínica de las cuatro delegaciones de Fundación Centro existentes en el país, que se encargan de luchar contra estas patologías.
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La Fundación Centro continúa con la labor de lo que antes se conocía como Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (Aluba), y que en Paraná que atiende en calle Courreges 456.
Allí se brinda tratamientos a niños, adolescentes y adultos con trastornos de alimentación y se realizan terapias con psicólogos, nutricionistas, médicos clínicos y médicos psiquiatras, basados en la experiencia de los profesionales y la institución.
En este sentido, Aguilar informó a esta Agencia de un total de 250 consultas de pacientes durante este año en las cuatro delegaciones del organismo, ubicadas Córdoba, Paraná, Santa Fe y Concepción del Uruguay. “Por lo general, no hay una patología que prevalezca por encima de la otra. Hablamos de un 50 y un 50. La población que más prevalece son los adolescentes y adultos jóvenes. Pero esto es algo que podemos ver en todas las edades”, dijo Aguilar.
Los casos se incrementan por la llegada del calor, el uso de ropa liviana y las obsesiones por las medidas del cuerpo, traducidas en disconformidad y dietas estrictas. “Los pacientes que llegan, reciben una primera entrevista llamada diagnóstica, donde los terapeutas realizan una evaluación. Luego, el paciente es evaluado por psiquiatras. De acuerdo a estos resultados se elabora un diagnóstico presuntivo, o sea, de lo primero que se ve”, explicó la doctora.
Luego del primer informe, se hace un período de pre ingreso u observación “que dura aproximadamente un mes y donde se observa la sintomatología, las dificultades, se hace una evaluación con un médico clínico y, a partir de ahí, se elabora el diagnóstico definitivo y se acuerda el mejor tratamiento para el caso”, puntualizó la médica.
Una de esas modalidades es la llamada hospital de día, donde el paciente cumple un horario más extenso: “No sólo va a cumplir su terapia sino que también otras actividades importantes como talleres reflexivos, creativos, controles clínicos e ingesta de alimentos, dependiendo de lo que el paciente necesita”, explicó Aguilar.
Otro de los tratamientos es el que realizan los grupos externos, donde los pacientes concurren dos veces a la semana y están divididos por grupos etarios. “Como a veces disponen de poco tiempo, tratamos de amoldar el tratamiento de acuerdo a su disponibilidad”.
Actividades de prevención
Cabe destacar que, además de los tratamientos, la fundación realiza un exhaustivo trabajo de prevención a través de conferencias y realizando campañas de difusión para concientizar sobre los orígenes y las consecuencias tanto de la bulimia como de la anorexia. Una de ellas es la jornada de capacitación que tendrá lugar el 10 de diciembre en la Facultad de Bromatología de la Uner, en Gualeguaychú, dirigida a profesionales y estudiantes avanzados, vinculados al trabajo en bulimia y anorexia.
“En cuanto a concientizar, tratamos de educar sobre el tema en todos los ámbitos, no sólo a chicos sino a profesionales, maestros y padres. Se le tienen miedo a los nombres de estas enfermedades y, quienes la padecen, no se dan cuenta. Es una enfermedad que oculta y miente mucho, y muchas veces se lo tiene como algo normal o propio de la adolescencia. Es necesario estar atentos ante los cambios de humor o personalidad, el aislamiento, los enojos y el comportamiento de estas personas con el alimento. Y hay que tener mucho cuidado cuando empiezan con las dietas, que son las puertas de entrada a estas patologías”, concluyó Aguilar.