El 4 de marzo de 1832 murió en París Jean Francois Champollion, egiptólogo francés.
Champollion consiguió descifrar los jeroglíficos egipcios a partir de textos copiados por viajeros y por los arqueólogos que habían acompañado a Napoleón en su expedición a Egipto
La pieza clave de su hazaña, en 1822, fue la llamada piedra de Rosetta, un monolito de basalto negro de la época de los Ptolomeos, descubierto en el delta del Nilo por la expedición napoleónica en 1799.
La piedra contenía el mismo texto inscrito en caracteres griegos, demóticos y jeroglíficos, de manera que, a partir de los dos alfabetos conocidos, el griego y el demótico, pudo descifrar el tercero, el jeroglífico. Desde entonces se considera a Champollion el padre de una nueva especialidad científica, la egiptología.
Dejó su antiguo puesto de profesor de historia en Grenoble para viajar por Italia, comisionado por Carlos X, para inspeccionar colecciones de antigüedades egipcias (1824-26); luego fue conservador del departamento egipcio en el Museo del Louvre (1826); se le encomendó la dirección de una expedición arqueológica a Egipto en 1828-30; y se le otorgó una cátedra en el Colegio de Francia (1831). Después de su muerte se publicaron los importantes trabajos que tenía preparados sobre la lengua y los monumentos del Egipto faraónico.