ECO Urbano cumplió 29 años “sembrando cultura ambiental, cultura del cuidado, conscientes del contexto de crisis social y ambiental global que vemos reflejado en nuestros territorios, afectando nuestra calidad de vida”, dijeron a AIM.
Cuando nació como organización, el 4 de julio de 1994, el planeta tenía alrededor de 5.500.000.000 y en Argentina la nueva constitución nacional incluía el derecho a tener un ambiente sano y a estar informado sobre los riesgos que el ambiente tiene sobre la salud. Hoy, con más de 8.000.000.000 de habitantes, el planeta, “nuestra casa común” está sufriendo una crisis global social, ambiental y política resultado de un modelo civilizatorio insostenible e insustentable.
“Frente a los nuevos desafíos que se nos presentan como comunidad, se vuelve esencial trabajar de manera participativa, colaborativa e inclusiva para promover cambios culturales que aseguren la sustentabilidad en nuestros territorios”, dijeron desde la ONG.
En estas casi tres décadas de recorrido y devenir como ONG, “hemos cosechado aprendizajes y variadas experiencias abordando la complejidad de la agenda socioambiental local en los territorios de toda la provincia de Entre Ríos”, apuntaron.
En ese sentido, precisaron: “Acompañamos y asesoramos a gobiernos locales en la gestión participativa y responsable de los residuos urbanos, impulsando el diseño de políticas de economía circular en las comunidades entrerrianas, que contemplen la inclusión formal de las cooperativas y grupos de recuperadores de base como sujetos clave para el tratamiento y valorización de los diferentes materiales reciclables. Estos desafíos logran abordarse articulando el trabajo con áreas del Estado como el Ministerio de desarrollo social, la Secretaría de ambiente y el Ipcymer y de esta manera incidiendo en el diseño e implementación de nuevas políticas públicas”.
A través de la comunicación y la educación ambiental “fomentamos la incorporación de hábitos responsables desde las escuelas, los hogares y las instituciones, en temáticas como el consumo responsable, la minimización y separación de residuos en origen, el compostaje y las huertas familiares y comunitarias, el cuidado del arbolado urbano, la protección y restauración de los humedales, entre otros”, detallaron.
“Todas estas acciones de mitigación, adaptación y resiliencia frente al cambio climático requieren el acompañamiento y compromiso de la población para lograr sustentabilidad local y contribuir a la construcción de comunidades saludables”, aseguraron desde Eco Urbano.
En ese marco, remarcaron que “no hay tiempo que perder, necesitamos escalar los procesos de cultura ambiental, y para ello el liderazgo de las y los jóvenes es fundamental. El movimiento de Cuidadores de la Casa Común del que somos parte, nos está mostrando el camino de una nueva forma de habitar y poner en valor nuestros humedales y vínculos, a través del turismo comunitario y los distintos saberes ambientales”.
El futuro llegó hace rato y tenemos que estar preparados: “Incorporar nuevas capacidades para escuchar y reaprender son las claves para los escenarios por venir, con capacidad crítica, con creatividad y fundamentalmente con el cuidado como categoría central de esta época”.