El fallecimiento del músico victoriense Octavio Osuna, anoche a los 80 años, generó el dolor y el homenaje de todo el ambiente folclórico entrerriano y el público que tuvo la oportunidad de poder apreciar su labor artística. “A pesar de escuchar muchas veces sus interpretaciones de Camino del Arenal o De Allá Ité, parecía que las estrenaba en cada interpretación” dijo a AIM el músico concepcionero Guillermo Guille Lugrin, quien recordó la raigambre tanguera de Osuna y su influencia en su estilo de cantar.
Osuna, quien este año fue reconocido por la Cámara de Diputados de la provincia y en 2014 por el Senado de la Nación, cosechó más que reconocimientos y declaraciones de interés. Quienes supieron apreciar sus obras hoy recurren a su voz en algún video de internet, algún material de su discografía o el recuerdo de haberlo escuchado en vivo.
“De aquí a un futuro vamos a tener en él una fuente de interpretación muy grande. Las primeras veces que viví en Buenos Aires escuchaba hablar de Octavio Osuna, incluso hablé con él algunas veces, cuando andaba acompañando con su guitarra en los cafés a distintos géneros musicales. Y hablábamos de que la interpretación textual de sus letras tenía que ver con su contacto con el tango” dijo Lugrin. “Casi todos sabemos que es hermano de Osvaldo Ribó (cuyo nombre original era Bartolomé Osuna), quien fue un gran cantor de las orquestas de Ricardo Tanturi, que grabó con Roberto Grela y tuvo mucho contacto con el tango”, recordó Lugrin.
Su contacto con el tango lo llevó a trabajar la interpretación textual de las letras de una forma muy especial: “En la interpretación de las cosas que cantaba esto se notaba mucho. Había un arraigo enorme en la música del litoral pero también un especial acento en los textos”, explicó Guille Lugrin.
Por otra parte, el músico concepcionero señaló que “una vez que (Octavio Osuna) colgó la guitarra, en los últimos tiempos, a quienes los pudimos escuchar sobre un escenario nos resultaba conmovedor, y esas experiencias se repetían con todas las personas que lo escuchaban y con las que uno hablaba. Estaba en la entrega total de su último tiempo y, en cada verso cantado por él estaba toda su historia de caminos recorridos y la síntesis de toda su carrera”.
Por último Lugrin dijo que Osuna es “alguien a quien se lo va a extrañar, porque a pesar de escuchar muchas veces sus obras interpretativas de Camino del Arenal o De Allá Ité, parecía que las estrenaba en cada interpretación”.
Asimismo, recordó su presencia en el encuentro De Costa a Costa: “Tuvimos una suerte muy grande de tenerlo en un encuentro gracias a Marcos Pereyra y Franco Giaquinto, que fueron sus laderos, y hablar con él sobre la interpretación, su vida, y sus distintas experiencias con la guitarra, porque además fue un guitarrista magnífico. Creo que se fue con las deudas saldadas y nos dejó un montón de futuro en sus interpretaciones para seguir aprendiendo”, concluyó.