Este miércoles, estudiantes participarán de El grito blanco, a dos décadas del primer gesto público, político y social hacia Uruguay ante la idea de convertir a la cuenca en una zona de plantas de pasta de celulosa. La jornada implicará una movilización y un acto, “donde los niños y jóvenes expresarán su protesta contra la contaminación y reiterar sus pedidos y exigencias a los adultos y a las autoridades en defensa de su futuro”, contó a AIM Martin Alazard, integrante de Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguayhú (Acag).
El 4 de octubre de 2003 se cumplirán dos décadas del paso del puente General San Martín hacia Uruguay para expresar públicamente la preocupación frente a lo que se anunciaba en aquel momento de la llegada de la pastera Ence. Fue el intendente Emilio Martínez Garbino y el pueblo de Gualeguaychú el que cruzó a Fray Bentos.
“Todos los años, desde hace aproximadamente 20 años, estamos en esta lucha y los alumnos de la primaria y secundaria preparan El grito blanco, que es el reclamo de los chicos hacia las autoridades, los padres, los adultos, para que no se deje de luchar en contra de la contaminación”, contó a esta Alazard a esta Agencia.
La concentración será en 25 de Mayo y Rocamora y, de ahí, se marchará a la plaza Urquiza (frente de la Municipalidad de Gualeguaychú), “donde habrá un escenario para que los estudiantes lean sus proclamas, mensajes o realicen diferentes intervenciones que hayan preparado durante el año sobre la temática medioambiental”, detalló.
Según se estima, de esta actividad participarán escuelas de la ciudad y se sumarán de diferentes departamentos de Entre Ríos y algunas de Buenos Aires, adelantó el activista, quien resaltó: “Nos visitan todos los años un conglomerado de estudiantes de todos lados, por supuesto acompañados de sus docentes”.
En ese sentido, Alazard destacó la importancia de formar a las generaciones futuras: “Se nota que los chicos están tomando consciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente, porque el mundo es la única casa que tenemos y tenemos que cuidarla”.
Lucha contra la cuenca pastera
Por otro lado, el integrante de la Acag destacó que la movilización del pueblo frenó la instalación de la cuenca pastera sobre el río Uruguay, pero indicó que “la lucha es muy difícil, porque nos enfrentamos a las personas más ricas y poderosas del mundo con muy pocas armas, con muy pocos recursos”.
“Nuestros esfuerzos son genuinos de un pueblo que no quiere ser contaminado. Pero, a pesar de eso, los gobiernos (tanto uruguayos como argentinos), tienen cierto viso de permisividad para que estas empresas del norte vengan y se instalen acá y contaminen”, lamentó. En ese marco, comentó que ahora -a pocos kilómetros de la pastera Botnia UPM en Fray Bentos-, en Durazno, una nueva planta “con una producción mayor producción a la de Botnia-UPM comenzó a trabajar y a poco tiempo de haber iniciado hubo un derrame de soda cáustica muy importante, que mató toda la flora y la fauna de la región sobre todo en un arroyo que va a parar al río Negro, y el río Negro al río Uruguay y, así, seguimos la ronda de contaminación del pobre río Uruguay que recibe, además, todos los efluentes cloacales e industriales desde Brasil hasta acá y esto es una contaminación de gran magnitud que trae graves consecuencias”.