El fenómeno meteorológico se dio con la llegada de un frente de tormenta al norte de Entre Ríos, agravado por fuertes ráfagas de viento.
Recordemos que las inclemencias del tiempo afectaron la línea de media tensión "Federación", de acuerdo a lo que indicó Enersa: hubo postes caídos, lo que dejó durante algunas horas hasta su reposición total, sin servicio eléctrico a la localidad con el mismo nombre y zonas de influencia.
Radio City publicó las imágenes de la formación de un tornado en zona de la Reserva Forestal Chaviyú.
Los habitantes de esa zona de la provincia se mostraban aliviados porque "así como se formó, se desvaneció".
Cómo se produce la formación de un tornado
Afortunadamente, en el caso de lo ocurrido en la zona de Federación, este sábado, se trató de un tornado de baja intensidad o en proceso de formación.
Para que se forme un tornado, se tienen que dar una serie de condiciones meteorológicas especiales, indica National Geographic.
En principio, dos corrientes de aire, una fría y otra caliente convergen en horizontal.
En este encuentro, el aire caliente que debería estar por encima del frío, queda atrapado en un plano inferior, produciendo que ambas corrientes fluyan a diferentes alturas, de forma paralela y con direcciones opuestas.
Llegado el momento, la corriente de aire frío y seco comienza a descender, mientras que la otra, más cálida y húmeda se eleva, produciendo una corriente en forma de tubo giratorio.
Según avanza el proceso, esta corriente de aire tubular comienza a ganar velocidad.
Posteriormente el aire caliente continúa ascendiendo a la vez que el frío desciende, levantando el vórtice del tornado hacia una posición vertical.
Una vez el vórtice toca el suelo, la corriente de aire acelera nuevamente, produciéndose el remolino en forma de trompo tan característico de los tornados.
A continuación, mientras que el aire frío desciende alrededor de los flancos del trompo, el flujo de aire caliente atrapado bajo la primera, encuentra, a través del vórtice, una vía de ascenso idónea, por lo que siguiendo esta ruta, comienza a elevarse en vertical de forma mucho más violenta y masiva.
Este desplazamiento genera un efecto de "aspiración", razón por la cual los tornados pueden levantar vehículos e incluso viviendas haciéndolas volar literalmente.
Llegado el momento en el que ambos flujos de aire, tanto el caliente ascendente como el frío que desciende, alcanzan valores constantes, el viento en el interior del "trompo" puede registrar velocidades de hasta 480 kilómetros por hora.
Un tornado de estas características, cuyo vórtice puede alcanzar la distancia récord de 4,1 kilómetros de diámetro, también puede desplazarse sobre el terreno hasta los 180 kilómetros por hora.