Borrar los malos recuerdos ya es posible con un anestésico, lo que ayudará a tratar el estrés postraumático (TEPT), según ha demostrado una investigación de un equipo liderado por una universidad española. El estudio, publicado en Science Advances, prueba que se puede modificar la memoria de una manera no invasiva, aunque ahora hace falta hacer más estudios sobre su eficacia.
Para averiguar si la sedación puede interrumpir la re-consolidación de la memoria, el estudio utilizó a 50 pacientes que tenían previsto someterse a una endoscopía, prueba que se hace bajo sedación profunda inducida con propofol.
El estudio fue liderado por el director del laboratorio de Neurociencia Clínica del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid, Bryan Strange. Según los expertos, el trabajo es una prueba de concepto que demuestra que se puede modificar la memoria de una manera no invasiva, y se trata de un hallazgo importante para el desarrollo de terapias contra el trauma por estrés postraumático o fobias.
El estrés postraumático se produce cuando una persona vive o presencia una situación impactante, peligrosa o terrorífica. Esta respuesta natural del organismo provoca cambios en el cuerpo para responder al peligro inminente y para evitarlo en el futuro.