El israelí Gilad Saroussy Pereg, o Nicolás Gil Pereg, como se hacía llamar en Mendoza desde que llegó hace más de una década, pasó de ser testigo de uno de los casos policiales más conmocionantes de la provincia al único imputado por el homicidio de su mamá y su tía.[{adj:34476 alignright}]
Los cuerpos de las hermanas israelíes Pyrhia Saroussy (63) y Lily Pereg (54) fueron hallados en la tarde de este sábado en la vivienda de este ingeniero electrónico de 36 años. El hombre vivía casi en la indigencia en un predio semiabandonado de Guaymallén, en la comuna más poblada de la provincia cuyana.
Su aspecto físico y su manera de vincularse llaman la atención de sus vecinos, sobre todo desde que comenzaron a buscar a las mujeres. De la noche a la mañana, el hombre alto y desgarbado, dejó atrás las rastas y la barba para mostrarse con la cabeza rapada y más comunicativo.
Los vecinos siempre sospecharon que era responsable de lo que había ocurrido con sus familiares. Al mismo tiempo, quienes lo conocieron, describen a Gilad Pereg como una persona "muy rara", capaz de "hacer cualquier cosa" y más aún si había dólares de por medio. Y mencionaron, entonces, los "turbios" y "engañosos" negocios que emprendía. Hay una serie de causas en la Justicia Civil con demandas cruzadas. Y, en las últimas horas, uno de sus allegados israelíes, que llegó a Mendoza para sumarse a la pesquisa, contó que el imputado es un "mentiroso patológico".
Ante la prensa, Gilad Pereg llegó a acusar a unos vecinos extranjeros por la inseguridad que se vive en la zona donde habita y dijo que ya ha sido víctima de más de 50 robos. Por eso, durante todos estos días, sostuvo que a su mamá y a su tía les había ocurrido "algo malo", por parte de "gente mala", cuando se dirigían a la parada del colectivo, en una provincia donde "los delitos están a la orden del día". También llegó a decir que ellas habían sido secuestradas.
La serie de allanamientos que se produjeron en estos 15 días en su domicilio, ubicado frente al principal cementerio de Mendoza, en Guaymallén, dan cuenta de cómo vivía: no tenía ningún tipo de muebles, tampoco cama, y solo se alimentaba de suplementos dietarios. Estaba rodeado de gatos. Se encontró a varios de ellos muertos, disecándose en una parrilla.
También, llamó la atención de los pesquisas este detalle: tenía más de 40 armas de fuego registradas, además de proyectiles y gran cantidad de dinero en efectivo (más de dos millones de pesos, entre dólares y euros).
Gilad Pereg, hijo de Pyrhia, vive en Mendoza desde el 2007 y es el responsable de al menos cinco empresas que la mujer creó en la provincia del oeste argentino. Quienes lo conocen de cerca e intentaron hacer negocios con él dijeron que es un hombre "raro, descuidado, violento, que engaña y se mueve por las cuevas de dólares de la city mendocina".
Además, tiene serios problemas de deudas, con más de 9 millones de cheques rechazados, según reportes del Banco Central. Y, según reveló el diario local El Sol, fuentes extraoficiales contaron que tiene denuncias por narcomenudeo en Israel.
Poco se sabe a qué se dedicaba este hombre, que manejaba mucho dinero. Hay quienes cuentan que era su mamá la que le enviaba sistemáticamente plata desde Israel y que ella había hecho un giro importante antes de llegar a la provincia, además de traer dinero en efectivo.
Los resultados de los estudios de ADN, tras el hallazgo de las manchas de sangre en la remera del imputado, fueron clave para la detención. Se confirmó que el material genético de uno de los cepillos de dientes encontrado en el departamento céntrico que habían alquilado las mujeres coincide con las manchas hemáticas halladas en la ropa de Gilad Pereg y en diversos artículos en su domicilio.
Con la calificación penal, el hombre arriesga una condena a prisión perpetua si se lo encuentra culpable en el juicio. Un caso lleno de misterio, que prácticamente llegó a su fin. Su mamá y su tía estaban enterradas en su casa, tapadas con piedras. Él, desde la cárcel, amenaza ahora con quitarse la vida por no poder ir a alimentar a sus gatos.
La Nación