Un estudio del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) arrojó como resultado que la carne vacuna es uno de los productos más elegidos entre quienes se han abocado a las artes gastronómicas durante el confinamiento por la crisis sanitaria del Coronavirus. La “nueva normalidad” también modificó el esquema de compradores. “Quienes compran en supermercados vieron más disminuidos sus ingresos que quienes lo hacen en carnicerías. Tres de cada diez personas modificaron su lugar de compra y algunos ‘rompen’ el aislamiento para seguir comprando en dónde lo hacían antes”, se detalló en el informe al que accedió AIM.[{adj:85589 alignright}]
En encierro, las nuevas labores dentro del hogar y tal vez el mayor tiempo que se dispone para dedicarle a la cocina ha marcado nuevas tendencias de los consumidores en la pandemia, se indicó en un estudio del Ipcva cuyos resultados fueron compartidos con esta Agencia. El mundo ha cambiado por otro desconocido, “tan disruptivo como abrumadoramente sorprendente, donde los argentinos de alma y carnívoros por naturaleza, resisten una situación interminable de abstinencia de domingos de asado, con los rituales afectuosos con familiares y amigos postergados para cuando pase la pesadilla”, se definió en el documento de la investigación que coordinaron jefe de Departamento Promoción Interna Ipcva, Adrián Bifaretti y la asistente de Departamento Promoción Interna Ipcva, Eugenia Brusca.
“Sin duda, la virtualidad simbólica de algún que otro zoom o reunión grupal de whatsapp es solo un paliativo. Nada puede reemplazar esos momentos alrededor de una parrilla, el humo, el olor, el ruido de los carbones rindiéndose al fuego, ni le cuento el universo de chispas si la ceremonia es nocturna. Es difícil no pensar en modo asado para entender lo que nos está pasando. Pero para analizar el mercado de carnes y las implicancias para la sociedad y su impacto en la ganadería y la industria frigorífica nacional, hay que tomar un poco de distancia de estas emociones y usar inteligentemente distintas metodologías de estudios de mercado”, es así que el Ipcva dio a conocer los algunos de los resultados más salientes de las investigaciones llevada adelante por el Instituto durante la pandemia.
En la cocina
En cuanto cómo se invierte el tiempo en un día promedio de esta cuarentena, la investigación arrojó que la cocina aparece en el cuarto lugar, luego de familia, trabajo e internet. En términos generales, se pudo testear que tanto mujeres como hombres “dedican más tiempo a cocinar que a descansar, escuchar música, leer y a hacer ejercicio. Es una actividad que es bastante transversal a todos los niveles socioeconómicos, con menor Incidencia en el ABC1 (al tope de la escala) y que cobra relevancia particularmente en el segmento millennials (jóvenes) si el análisis se efectúa por edades”, se precisó.
“En este marco, la carne vacuna aparece entre los alimentos con mayor potencialidad de ser recomendado por los argentinos en esta cuarentena, quienes destacan, entre sus atributos el hecho que les gusta a todos, el ser un alimento nutritivo y saludable y su sabor.
Con respecto al atributo de aceptación general, compite fuerte con las pastas, la pizza y los fiambres. Con relación a su cualidad de saludable y nutritiva, los alimentos que asoman como competidores son las frutas y verduras, las legumbres y el pescado. En cuanto al sabor, disputa espacios con las pastas, la pizza, el cerdo y las patitas de pollo. Partiendo de estos dos aspectos, la gente cocina más y la carne tiene potencial para ser recomendada, estamos trabajando desde el Ipcva con la promoción de recetas aprovechando el “#Quedate en casa”, se adelantó.
Racionales y económicos
La gente recluida en su hogar ha tenido más oportunidad de buscar recetas a través de internet y redes sociales, y el análisis aportó que ha primado la búsqueda de platos económicos, dado “que 7 de cada 10 de los compradores de carne han visto reducir su nivel de ingresos durante la cuarentena. De las personas que atraviesan esta situación, 84 por ciento se definen como compradores racionales y 16 por ciento se identifican como compradores más impulsivos, es decir que no reflexionan tanto su compra de carne”.
En este orden, se resaltó que en el año 2008 la proporción era de 79 por ciento de los compradores eran reflexivos y un 21 por ciento impulsivos. “La explicación de este comportamiento se acentúa en función del nivel de gasto en productos cárnicos, ya que dentro del segmento de los compradores racionales, un 42 por ciento gastan más de 1.000 pesos por semana y un 58 por ciento gasta menos de 1.000 pesos por semana. Asimismo, si queremos saber dónde compran estos compradores racionales, un 66 por ciento lo hace habitualmente en carnicerías y un 34 por ciento en súper e hipermercados”.
Y desagregando aún más el análisis sobre la caída en el nivel de ingreso, “los compradores de súper e hipermercados son quienes más se han visto perjudicados si se los compara con los compradores de carnicerías. Así, mientras que entre los compradores de súper e hipermercados, un 74 por ciento han visto caer sus ingresos; entre los que compran en carnicerías, un 66 por ciento han sufrido reducciones de ingresos durante la cuarentena”.
Cambios de algunas conductas
La mayoría del público está adoptando una conducta diferente, dice el Ipcva, y de hecho solo un 18 por ciento de las respuestas manifiestan que no ha habido cambios en el comportamiento alimentario.Estos cambios son más marcados en las mujeres que en los hombres. En términos de edades, los que más reciclan son los segmentos de edad intermedia. Los que toman mejores decisiones de compra y consumo son aquellos con más de 50 años. Y los que más están ahorrando dinero son los centennials.
Desde el punto de vista económico, el reciclaje de la comida cruza todos los niveles socioeconómicos, con más importancia en las clases media baja y baja. El nivel ABC1 y la clase media alta están organizándose mejor con el menú y son los que más prioridad dan a una dieta diversificada y saludable.
“¿Arriesgaría su salud y se expondría al contagio por el mejor bife? ¿Cuantas cuadras estaría dispuesto Usted a ir más allá de lo permitido por el confinamiento para ir en busca de esas milanesas inimitables?”, fueron algunas de la preguntas planteadas también en el estudio. Y las respuestas arrojaron que “en general la sociedad no se está moviendo más allá de lo permitido para ir a comprar carne. Casi 8 de cada 10 personas se mueve en un radio de hasta 10 cuadras de su casa, pero volviendo a las preguntas disparadoras, 3 de cada 100 personas han violado la cuarentena para poder seguir comprando su carne preferida. No es para aplaudir ni festejar, pero si para resaltar hasta dónde es capaz de expresarse la fidelidad hacia la carne en plena embestida del Covid-19”.
En este escenario, donde la gente resuelve la compra de carne en las cercanías de su casa, Casi 7 de cada personas de cada 10 sigue manteniendo su lugar de compra habitual de carne vacuna durante la cuarentena. Sin embargo, casi un 30 por ciento de la gente ha tenido que cambiar el lugar donde solía comprar carne antes que el covid-19 apareciera en escena. Los mayores cambios en las conductas de compra se dan entre la gente que compra en el formato de súper e hipermercados, pasando a una compra de más proximidad.
“En líneas generales, quienes han tenido que cambiar de lugar de compra habitual, han visto deteriorada su experiencia de compra de carne. Fundamentalmente por tener que pagar precios más elevados y por menor cantidad de ofertas disponibles”, aseguró la investigación.