Vecinos de Lomas del Seminario y de otros barrios de la capital provincial, se quejan de la poca actividad de quienes deben mantener las malezas a raya, en el municipio de Paraná, y advierten sobre los yuyales en la plazoleta, y en diversos inmuebles que no cumplen con las condiciones de limpieza y mantenimiento, y representan un potencial riesgo para la sanidad ambiental y la salud humana, confirmó AIM.
La realidad es que hasta ahora, eran los inspectores de la subsecretaría de Ambiente quienes deberían realizar operativos periódicos para verificar el cumplimiento de la ordenanza vigente, realizando las actas de infracción correspondientes en caso de detectar incumplimientos, conforme lo previsto en el Código de Faltas, pero lo cierto es que los pastos siguen creciendo y, a pesar de los avisos de los vecinos, no se aprecia que nadie se ocupe de la tarea.
Reestructuración
AIM confirmó con una fuente municipal que dentro de la reestructuración de las áreas que tienen y tendrán competencia en el control y ordenamiento del espacio público, la función de inspección de espacios públicos pasaría a la secretaría Legal y Administrativa. Aunque todavía no se ha hecho efectiva esa transferencia, la secretaría Legal y Administrativa sería la encargada de supervisar la inspección de baldíos.
En el Seminario y en otras zonas, también
Lectores de AIM que habitan en Lomas del Seminario y en otros barrios de la ciudad, han enviado fotos que alertan sobre esta cuestión que, además, acarrea inseguridad.
En la zona Tibiletti y Bordón un vecino se quejó del abandono. A la falta de iluminación y presencia policial asidua en esa jurisdicción se suman pastizales de dos metros, lo que torna insegura la barriada. "En Tibiletti, Bordón y Doctor Martínez , a la falta desmalezado de la vía se suman las de calles de tierra y la desaprensión de los frentistas privados que no mantienen los terrenos. Vivimos rodeados de mosquitos y alimañas".
Otra vecina de esa zona relató a esta Agencia que es desastroso el estado de las calles Hernandarias y Gobernador Parera, Tibiletti, y Zanni: “Estamos cansados de padecer calles rotas que además, tiene los caños destrozados. Y ni hablar de los contenedores destruidos, que del estado en que se encuentran hasta es peligroso tirar la basura por el riesgo sanitario”.
Otro vecino de las calles Balcar y Arroyo Correntoso se quejó de los pastizales, y señaló que, aunque no están demasiado largos como en otras zonas de la ciudad, “igualmente hay que estar atentos, porque las lluvias hacen crecer los yuyos y si hace calor, se generan alimañas”.
Una vecina que habita en la zona de Garrigó y Miguel David, graficó el estado del lugar: "los yuyos están tan altos que da la impresión que ya es una selva. Imaginate la de mosquitos y alimañas que hay en el lugar. Ya no sabemos qué hacer. Da la impresión que sólo el parque o el centro pertenecen a la ciudad, porque allí se desmaleza permanentemente, pero los vecinos de los barrios pagamos impuestos igual que los de esa zona y nos merecemos el mismo trato".
Un problema de larga data
Un integrante de la comisión vecinal Lomas del Seminario contó a esta Agencia que el problema del desmalezado es de larga data. "Hace dos meses salimos con personal municipal en un camión, para relevar los yuyales, con la promesa de que limpiarían antes del verano. Pero cambió la gestión, y aunque el Estado es el mismo, los yuyos siguen creciendo y nadie los corta", se quejó.
El domingo pasado, sin ir más lejos, una moto casi se incrusta en un remise que venía circulando por colectora hacia Bartolomé de las Casas. Pudo haber sido un accidente, pero el motocilista tuvo suerte. Los yuyos ahí se acuestan sobre la calle, por la altura y el peso.
El dato
Con el fin de prevenir riesgos de propagación de enfermedades como leptospirosis, hantavirus, dengue, zika y fiebre chikunguya, el municipio tiene una ordenanza que insta a mantener los inmuebles, ya sean baldíos o edificados, en condiciones adecuadas de higiene.
Desde el 11 de abril de 2016 rige en Paraná la ordenanza 9.377. La normativa fue diseñada a fin de cumplimentar la declaración de emergencia sanitaria de la ciudad y consecuentemente mantener limpios y en condiciones lotes y propiedades vacías a fin de evitar la proliferación de plagas y enfermedades. En época estival, el área encargada de controlar a los propietarios y gestionar los desmalezamientos debería realizar entre 40 y 50 intervenciones semanales, pero eso no ocurre.
Esa ordenanza obliga a los propietarios de inmuebles (y debería obligar al municipio mismo), a conservar los espacios libres de yuyos, matorrales, malezas, así como cualquier tipo de recipientes o elementos que alberguen agua estancada que propicien la generación de plagas. Se pretende evitar con esto la proliferación del mosquito aedes aegypti y otras plagas transmisoras de enfermedades. Pero ¿qué sucede cuando el dueño de un lugar no cuida la propiedad y su entorno? Es ahí donde intervenía la dirección General de Programas Especiales Ambientales, que es el órgano de aplicación de la legislación. Ahora, con el cambio de Gobierno, habrá que esperar las modificaciones.
Qué hacer
En el caso de presentarse una situación en la que los vecinos no pueden dar con el responsable de una propiedad en infracción, deben comunicarse con el área correspondiente de la municipalidad. Desde allí debería enviarse una inspección, para verificar la situación, y confeccionar un acta que debe derivarse al Juzgado de Faltas municipal. El juez que actúa evaluando el caso y estima la forma en que se pueda resolver. Se intima al dueño a que en un plazo estipulado limpie su terreno y en caso de no hacerlo se lo multa.
En caso que el propietario no pueda o no limpie el terreno denunciado, cuando llega el oficio del Juzgado de Faltas, interviene la Unidad Descentralizada a la que pertenezca el terreno en cuestión y una cuadrilla lo limpia. Por este trabajo se le cobra al propietario, o incluso hay situaciones donde el mismo poseedor del inmueble paga para que la municipalidad haga las labores, dado que cuenta con la logística para hacerlo.
De la Redacción de AIM.