Finalizó la larga reunión de Mauricio Macri con los miembros de su gabinete en la Quinta de Olivos donde se discutió el nuevo paquete de medidas que será anunciado el lunes. El objetivo, es adelantar un año el horizonte fiscal y alcanzar el "déficit cero”, una meta fiscal similar a la que se impuso el gobierno de Fernando De La Rúa antes de su caída, en 2001.
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En el equipo económico tratan de bajar en algo la expectativa y aclaran que finalmente lo que se buscará es que el rojo primario del año próximo empiece con cero (se habla en realidad de 0,5% con más insistencia). Se trata, por lo tanto, de redoblar la apuesta respecto a la reducción a 1,3% que estaba prevista originalmente y que implicaba un recorte de gastos por $ 300.000 millones.
Pero dentro del Gobierno reconocen que es imprescindible acelerar la disminución del rojo fiscal en 2019. En parte porque así lo reclaman los mercados, pero también lo exige el FMI para acelerar los desembolsos previstos para 2020 y 2021 al año que viene. Si las negociaciones son exitosas, el organismo gatillaría nada menos que USD 29.000 millones el año que viene para que la Argentina tenga cubierta todas las necesidades de financiamiento.
En concreto, ¿cuáles son los lineamientos en los que se está trabajando? Estos son algunos de los puntos centrales:
– Baja de subsidios. La baja de gasto vía menores subsidios, reducción de la obra pública y menores gastos en la estructura política se mantiene tal cual lo había anunciado el propio ministerio de Hacienda. Incluso ya estaba negociado con el FMI y figura en el acuerdo que entró en vigencia en junio, pero que ahora obviamente tendrá grandes reformulaciones.
– Más recortes en el Estado. Es posible que se avance con recortes adicionales en los gastos del Estado y se le pida un esfuerzo adicional a provincias y municipios en la misma dirección. Aunque se mencionó insistentemente, el Presidente Mauricio Macri se resiste a achicar la cantidad de ministerios.
– Suba de impuestos. Pero además del ahorro de costos, será imprescindible avanzar con la generación de "nuevas fuentes de ingresos", un eufemismo para referirse a la suba de impuestos. El caso más notable será el de las retenciones, que venían con un cronograma de reducción que se había retomado en 2018. Sin embargo, el fuerte aumento de tipo de cambio permitiría aplicar este gravamen a las exportaciones sojeras sin que se vea resentida mayormente la rentabilidad del sector. El Fondo había propuesta frenar la baja en marcha del gravamen, pero en una primera instancia había sido rechazado por orden presidencial.
– Bines personales. El peronismo está pidiendo un aumento en la alícuota de Bienes Personales, que bajó hasta 0,25%. Según el jefe de bancada Miguel Pichetto, el plan sería volver al 1% pero se cobraría exclusivamente sobre la tenencia de activos en el exterior, como cuentas o inmuebles.
– Freno a bajas acordadas. En línea con el pedido del FMI, también se frenaría la baja de impuestos prevista en la reforma tributaria, junto al pacto fiscal firmado con las provincias. Así, se pondría en un impasse la disminución de Ingresos Brutos y Sellos, principales fuentes de recaudación para las provincias. Y está por verse qué pasa con la reducción de la carga de aportes patronales, que también tenían un cronograma de reducción gradual para las empresas, a través de un aumento del mínimo no imponible.
– Reintegros. En Hacienda ya habían avanzado con otras medidas para mejorar los ingresos, como recortar un 66% de reintegro que reciben las exportaciones industriales y frenar la baja de retenciones a los derivados de la soja (aceite y harina).
El paquete
Conseguir equilibrio fiscal se vuelve mucho más difícil en un contexto recesivo, ya que la baja del consumo afecta la recaudación. Sin embargo, la fuerte suba del dólar permite al Estado apropiarse de parte de la renta de las exportaciones a través de una suba de las retenciones.
La idea es presentar todo el paquete en Washington, hacia donde viajará Dujovne el lunes para negociarlo con las autoridades del FMI. Y luego la prueba de fuego será el proyecto de Presupuesto 2019, que se supone también tendrá metas de crecimiento e inflación distintas a las que figuraban en el acuerdo original con el Fondo. Los gobernadores estaría en su mayoría dispuestos a apoyar: la mayoría de las provincias emitió deuda en dólares en los últimos dos años y también precisa recuperar el acceso a los mercados financieros para poder pagarla.
Infobae-NA.